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— Bueno, ya no tengo de que preocuparme porque conozcan a mi novio, ya que ya no tengo —reí entre solllozos.

Miré como Nana se levantaba tan rápido que podría jurar que se había mareado, se quedó perpleja ante mí y me dió una mirada de decepción, por mi parte trataba de quitar todas las lágrimas que salían de mis ojos, no quería darme el lujo de llorar en frente de ella ya que este día tenía que ser feliz, aunque todo marchaba de la mierda no quería que acabará así.

— Lo siento mucho, en serio, si yo nunca te hubiera dicho que le llamaras esto no hubiera pasado y aparte... —se corto a si misma tallando su cara, llendo de un lado a otro, me levanté junto con ella, algo en mí se hizo pequeño al sentir que Nana se estaba echando la culpa de los sucedido cuando ella no tenía nada que ver con eso.

— ¿Qué?, No, no, no. Esto nunca fue y será tu culpa, fueron los problemas entre nosotros

Ella al no poderse contener se abalanzó sobre mí y me apretujo entre sus brazos, repartía leves caricias a lo largo de mi espalda y acariciaba mi cabello con delicadeza, mientras yo trataba de contener todo lo que quería salir de mi boca y ojos, me mordí el labio tan fuerte tratando de aguantar un poco más pero sentí como si algo de abriera bajo mis dientes y por instinto deje de apretar dando lugar al sabor metal de la sangre, me pase la mano rápido por el labio tratando de quitar la sangre que había salido, Nana se alejo de mí y me miró atenta al ver cómo tenía dentro mi labio en la boca.

— ¿Estás bien?

No. Asentí.

— No te preocupes por mí, estoy bien, lo conozco, cuando vuelva arreglaremos las cosas.

No, no era cierto.

Ella asintió no muy convencida, dijo algo de irse para darme mi espacio y desapareció cerrando la puerta, me quedé mirando la perilla mientras sentía mis mejillas calientes, retire todas las lágrimas posibles y me senté en el tocador, me miré al espejo y la imagen me daba asco, tenía todo el labio inferior morado mientras salía sangre de ahí, lo toque haciéndo que me punzará de dolor, alcance un algodón y me limpie, empezaba a sentir mucho calor, me empezaba a desesperar al sentir que el calor seguía aumentando, me coloque el cabello en una coleta alta y me saque el buzo tan rápido como pude, empecé a respirar con dificultad, mi mejor idea fue abanicarme con las manos y por más estúpido que se escuchará funcionó, al menos un poco, me deje caer en la cama y por más que quise retener todo el llanto que estaba por salir no lo logré, cubrí mi boca para tratar de evitar que salieran los sollozos, la idea de que todo lo ordinario de mi vida cambiará por el hecho de que Jungkook ya no estaría en ello me atormentaba cada vez más, por más que trataba de alejar todos aquellos pensamientos que lo involucraba a él no se iban, era en lo único que mi mente daba vueltas y vueltas haciéndome sentir una impotencia, escuché como mi puerta se abría y mi mejor idea fue intentar hacerme la dormida, mierda de idea cuando sentí como mi hermana se abrió lugar en la cama junto conmigo y nos tapo a ambas, me colocó en su pecho y acarició mi cabello.

— No tienes porqué hacerte la fuerte conmigo

Salieron varios sollozos de mi boca y ella me apretó más hacía su cuerpo, me susurraba cosas, tarareaba canciones, trataba de arrullarme y por más que lo intento no pude dormir pero logro el que me relajara.

— Mañana te olvidarás de todo lo que ronda por tu linda cabecita —dio leves palmadas en ella. — Porque será tu último día aquí y quiero que lo disfrutes, después de eso juro que podrás llorar todo lo que quieras

— Gracias —fue lo único que pudo salir de mi boca


[...]

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