15

30 2 0
                                    

—¡Allen! —Maddie me toma por sorpresa tapándome la visión con sus manos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Allen! —Maddie me toma por sorpresa tapándome la visión con sus manos. Yo pego un brinquito en mi asiento—Ya estoy aquí.

—Hola —respondo su saludo poniéndome serio. Intentando no parecer nervioso, mostrarme seguro.

Me aferro a las palabras de aliento de Aanni y Chris para afrontar esto, "Confiamos en ti".

Aparto sus manos con suavidad. Ella da vuelta a la banca y se para justo en frente de mí, debido a que me encuentro sentado casi quedamos cara a cara. Trago un poco de saliva al sentir sus hipnotizantes ojos clavados en los míos.

—Tiempo sin saber de ti —suelta y me muerdo el labio inferior al recordar nuestro último encuentro.

Por un segundo creí que fue en la fiesta, pero a último instante recuerdo que fue hace días en la cocina el día siguiente a la fiesta. Ella está hablando con Chris y se fue inmediatamente cuando llegué. Ni siquiera acepto la invitación de desayunar con nosotros, lo que me hizo pensar que tal vez estaba molesta conmigo, pero al parecer no es así. Aquí estamos a punto de salir en una especie de ¿cita?

Desvío la vista hacia el resto de ella y me quedo boquiabierto. Hasta ese momento no la había detallado.

—Te ves preciosa —se me escapa mientras mi vista se pasea para admirarla de cabeza a los pies.

Está radiante, Su cara como siempre lleva maquillaje, solo que no demasiado, simplemente lo necesario para realzar sus facciones; su linda nariz y sus penetrantes ojos. Su cabello peinado perfectamente en una coleta con trenzas a los lados y unos ganchos de flores rosas. Pero lo que más resalta es su ropa. Lleva puesto un suéter azul marino con un número enorme bordado en el centro: "2000". El suéter no es de su talla porque le queda bastante holgado y largo hasta la altura de los muslos, (aunque está claro que abajo lleva un short) combinado con unas medias blancas hasta las rodillas y zapatillas deportivas del mismo color.

—Gracias —se lleva las manos al rostro como si intentase esconderse— Tú también te ves muy bien hoy.

Hago un gesto con un dedo negando.

—No me mientas, sé que estoy hecho un completo asco —digo y me encojo de hombros.

Debo tener más ojeras que mejillas.

—En ese caso es un desastre muy guapo —suelta y esta vez soy yo el que intenta esconder su sonrojo.

Sus palabras encienden algo en mi interior. Ese fuego que parece estar siempre oculto, aunque ella encontró la manera de activarlo a su antojo. Entonces un fugaz recuerdo de nosotros apunto de besarnos en la pista de baile pasa por mi mente. Suspiro. Aunque no es la única que tiene el poder de activarlo. Un recuerdo de Chris también se pasea por mi cabeza ocasionando que se me erice la piel. ¿Por qué él me hará sentir de esta manera?

—Mejor vamos por el helado antes de que alguno termine desmayándose —ambos reímos ante el comentario.

Andamos por las calles del distrito universitario. El sol brilla en lo más alto del cielo y no hay ni una sola nube en el horizonte. El ruido ensordecedor del tránsito parece estar mudo porque las calles que siempre están repletas de tráfico, hoy se encuentran totalmente libres. Lo que realza otros sonidos urbanos. Las risas de los niños, el extraño silbido que hace la brisa chocando contra los edificios u otros tan simples como el canto de los pájaros.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 18, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Superficial LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora