El amor es problemática, esa era la frase que la carecterizaba le gustaba escribir por eso entró a la Universidad de Literatura para ser la mejor, su mundo empieza a cambiar cuando se encuentra con que su idol favorito Armin será su nuevo vecino.
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Si ella tuviera una moneda por cada vez que su hermano le decía algo y no cumplía, entonces sería una persona que se estuviera gastando su fortuna en un casino en Las Vegas. Pero la pobre Harumi estaba allí escribiendo el borrador de su próximo cómic que estaba atrasado con su mejor amiga mirándola fijamente, Mikasa era una persona que cuando se trataba de su trabajo se le olvidaba las amistades y eso pasaba ahora.
—Mika por favor... —Ella la miró mal y solo suspiró ante los ruegos de su mejor amiga, estaba cansada de que siempre la manipulaba.
—No Haru, esta vez no. Terminas el borrador y luego hablamos de ir a casa de Armin. —La rubia hizo un puchero mirando como la chica de deleitaba bebiendo una taza de café.
Harumi estaba loca por ir a ver a su hermano, porque llevaba unos días encerrada en aquel apartamento sin poder salir debido a su trabajo. Mikasa solo quería el borrador, con el borrador del capítulo ya nada más le quedaba revisar el coloreo.
—Sabes, entró una nueva escritora a la editorial —Mientras dibujaba la chica le prestaba atención—. Todos en el departamento de literatura estaban loco con ella parecía que se movían como abejas locas, al final la pobre captó la atención de la excéntrica jefa del departamento. —La rubia sentía que prefería mil veces estar en aquella atmósfera que su mejor amiga la mirase con mala cara cada vez que se atrasaba.
—¿Y como es ella? —Le preguntó algo curiosa por la chica nueva, Mikasa solo suspiró y movió la cabeza sin saber.
—En los dos meses que lleva en la editorial, dicen que es una persona solitaria. —La pelinegra miró a su hermana—. Sabes vi a Hanji el otro día salir del edificio de tu hermano, podría ser que ella viva allí. —Harumi la miró con una sonrisa ahora tenía más de dos motivos para ir a casa de su querido hermano menor.
—¿Ah, si? —Mikasa me miró dejando su taza de café en la mesita.
—No Harumi Arlert se lo que estás pensando y no, no quiero que te veas involucrada. —La rubia solo silbó solo sabía que quería hacerse amiga de esa chica costase lo que costase.
—Yo solo digo que si me topo a esa nueva escritora le propondré hacer una historia juntas. —Le dijo sonriendo a su editora pero ella negó, tal vez era demasiado para Mikasa.
Risu estaba sentada pensando en la trama para continuar su libro, no sabía qué hacer, hacía unos días Hanji la había mandando para que reescribiera unas partes porque según la castaña lo podía hacer mejor. Incluso para desestresarse se puso a leer un libro de Sherlock Holmes, porque amaba demasiado los libros de Conan.
Estaba sola en aquel gran departamento, suspirando salió al balcón para tratar de pensar en algo para su libro, estaba algo aburrida y no tenía muchas ideas, era como si algo estuviera chupando toda su inspiración. Según Hanji su editora, hacer un libro era más complicado que publicar Comics o cosas así. Tomó una lata de cerveza que había en el refrigerador y la abrió mirando la vista de la ciudad, el sol apenas empezaba a ocultarse.
