El amor es problemática, esa era la frase que la carecterizaba le gustaba escribir por eso entró a la Universidad de Literatura para ser la mejor, su mundo empieza a cambiar cuando se encuentra con que su idol favorito Armin será su nuevo vecino.
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Lo sentía desde la punta de los pies hasta la cima de sus cabellos, Risu miró al rubio algo sonrojada y trató de contenerse en la conversación que ambos andaban teniendo pero hacía una semana o más que no podía hablar con él como antes, sin sonrojarse o perderse en la azulina mirada que el chico le brindaba o la cálida sonrisa que Armin siempre poseía cuando estaba con ella. El rubio la miraba ella estaba distraída sentía que no le estaba prestando la atención como si su mente divagara entre mundos, aunque verla así no le molestaba más bien le gustaba como se veía.
—¿Te ocurre algo Risu? —Le preguntó calmado mientras miraba como la chica parpadeaba varias veces y sus mejillas se teñían de un leve color rojo.
—No, no es nada. —Le trató de sonreír pero Armin sabía que en esa sonrisa estaba un poco forzada—. Tengo que ir a terminar unas frases para mi libro, lo siento he estado algo perdida por la trama. —Si la trama de estar con él, en esas ideas ilusiorias.
Problemático, eso pensaba Risu cuando se sentía de esa manera, odiaba tener esos pensamientos y no poder verlo como el amigo que era se sentía mal con ella misma si seguía pensando de esa manera, lo menos que Armin necesitaba en su vida era otra fanática loca que esperaba su álbum con más ansias que nunca.
—Oh, lo siento yo aquí distrayendo y retrasando tu trabajo. —Risu se mordió el labio sabiendo que él no hacía algo así pero aún teniendo esa idea decidió seguir con esa idea en la mente de él porque si la descubría se acababa.
—No te preocupes necesitaba hablar contigo para que mi inspiración volviera. —Le sonrió tratando de que este no se culpara pero solo consiguió hacer sonrojar al rubio.
—Oh, me alegro serte de ayuda. —La pelinegra tragó en seco dirigiéndose hacia la puerta sintiendo el fuerte palpitar de su corazón como si se le quisiese salir del pecho, ella no era tonta, sabía que todos esos sentimientos solo llevaban a un lado pero no quería empeñar sus ideas en ese lado.
—Bueno Armin me voy, espera con ansias mi siguiente libro. —Ya no sabía que decía, el rubio solo la miró extrañado viendo como desaparecía por la puerta y suspiró dejándose caer en el asiento recordando el rostro de su amiga.
Lo sabía, desde el momento que la vio entrar en aquel lugar, aquella chica iba a ser súper especial para él porque después de todo, ella le había devuelto la inspiración para componer para él mismo, no para sus fans, sino porque ese era el camino que había escogido y adoraba ser un Idol. La puerta se volvió a abrir pero esta vez la persona que entró era el manager del rubio quien lo miró extrañado, Armin solo le sonrió a Eren levantándose del asiento.
—Vi salir a Risu toda sonrojada ¿al fin le dijiste que es lo que sientes? —Le preguntó haciendo que el Idol se sonrojara, el castaño levantó una de sus cejas esperando una obvia respuesta del rubio pero solo recibió un chasquido de lengua.
—Ella cree que el amor es problemático, no le voy a decir que me gusta... Además ¿cómo es que sabes eso? —Eren rodó los ojos dejando escapar un leve suspiró como si no era demasiado obvio.
