❝Mira, Yeonjun hyung. Soy más grande ahora.❞
Donde el pequeño Soobinie se enamora de su niñero de la infancia.
Obra completamente mía.
No se permiten adaptaciones.
Ganadora del segundo puesto en Historia Corta de los Freefall awards.
Capítulos corto...
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Kai sabía que la friendzone no existía.
Estaba al tanto de que era un concepto social estúpido inventado por personas que no sabían aceptar el rechazo de alguien más, un estado mental de personas que estaban tan heridas que preferían culpar a quienes valoraban más su amistad y los sentimientos de su amigo antes de dar falsas esperanzas.
Aún así, Huening sentía que no había persona más hundida en la friendzone que él.
Y era injusto que tenía que competir con un tipo diez años mayor que él, que era básicamente perfecto y que su amigo había conocido sólo por un lapso de cinco días.
Él llevaba enamorado de Soobin desde su tercer año de escuela primaria y aún así, con los años de trayectoria en la vida de Soobin, tuvo que aguantar a su mejor amigo quejándose sobre cómo su amado Yeonjun hyung no podría ir a su cena de graduación.
El menor ni siquiera había planeado pedirle salir después de la ceremonia de graduación de ambos, pero seguía siendo decepcionante, por no decir doloroso, como Soobin buscaba a Yeonjun con la mirada, llevando la capa puesta, durante la ceremonia.
Claro que nunca le había dicho a Soobin cómo se sentía; le había contado que había alguien que le gustaba y que nunca tendría oportunidad, pero jamás pensó en decirle, no cuando estaba en juego perder al peli-púrpura de la personalidad y sonrisa dulce y lindos hoyuelos.
Era mejor ser su amigo y poder abrazarlo, recargando su barbilla en la cabeza de su Soobin, mientras él descansaba entre sus brazos, bajo un árbol del patio trasero de su hogar, exhaustos por la dura jornada de "actividad física" en Wii que habían tenido, a tener que arruinar lo que tenían.
Podía dejar pequeños besos en su cabeza u olfatear su cabello, su rostro removiéndose en la suavidad de sus hebras moradas, y eso estaba bien para Kai.
—¿No estás nervioso? —le preguntó el mayor. Soobin le llevaba un año, pero su relación funcionaba en reversión de edades la mayor parte del tiempo.
—¿Por qué, Soobin hyung?
—Nos iremos a Seúl en una semana.
—No lo estoy.
—Yo sí. —Kai no podía hacer nada. Amaba ver a su hyung feliz, incluso si era gracias a su mayor rival.— Entraremos a la universidad y viviremos en la misma ciudad que Yeonjun hyung.
El menor rió un poco, acariciando el cabello del pelimorado frente a él.
Kai tenía entendido que el mayor, quien nunca tuvo la decencia de mandarle a Soobin siquiera un mensaje de feliz cumpleaños en nueve años, había sacado tiempo de su apretada y repleta agenda para recibir a Soobin y Kai en la estación, mostrarles un poco la ciudad y llevarlos a su departamento, el cual la madre del pelirosa y la tía de su amigo se habían encargado de conseguir cerca de su universidad con dinero transferido de sus padres.
