Wigetta: Número equivocado

8. La llamada

Guillermo:

Pasaron un par de días, había salido recientemente del trabajo y me encontraba echado en el sofá, sin querer separarme un milímetro de él. Lo único que hacía era mandarme mensajes con Samuel. “Samuel” Pronunció mi subconsciente. Su nombre era tan sensual y atractivo como él -obviamente él lo era muchísimo más-.

>> Tío sexy: Oye, dentro de un par de semanas es mi cumpleaños, no te pido que nos veamos si no quieres pero...

¿Podrías, al menos, decirme tu nombre? >.< Sería un buen regalo de cumpleaños. <<

Aquello me hizo sonreír como un idiota.

Su cumpleaños. Tenía que hacer algo para entonces, no se me ocurría el qué pero tendría que pensarlo detenidamente.

>> Yo: ¿Exactamente dos semanas?

Tío sexy: Sí. Exactamente con la exactitud más exacta. xD

No hagas demasiado caso a mis tonterías, que al final acabarás huyendo de mí. :'(

Yo: Jajaja, ya me estoy acostumbrando a ello.

Y nunca huiría. >.<

Tío sexy: Eso espero. Romperías mi corazoncito. <3

Y bien... ¿tu nombre? <<

Reí por lo cansino que podía llegar a ser. ¡Ni siquiera había llegado el día!

>> Yo: ¡Pero si aún falta para tu cumpleaños!

Tío sexy: ¿Eso es un sí? :p

Yo: Es un ya veremos. ;)

Tío sexy: Eres cruel. :( ¿No te doy penita?

Yo: Hmmm...

Hmm...

¿Puedo pensármelo un momento? xD

Tío sexy: No, no puedes pensarte nada. :S

Yo: Está bien... Supongo que te lo diré. <<

Aunque me parece muy poca cosa el hecho de sólo decirle cómo me llamo. Me gustaría sorprenderle con algo más.