15. Lo siento.

3.6K 398 24
                                    

Samuel.

Esto era peor que cualquier otra cosa que hubiese imaginado. Sabía, lo tenía totalmente seguro, que en algún momento debía enfrentar esto, pero no pensé que tuviese que ser en mi casa, ni e me afligiese tantísimo como lo sentía.
El ver a Guillermo -aún se me hacía raro llamarlo por su nombre, inclusive en mis pensamientos- tan devastado, con lágrimas cayendo por doquier, bañando su rostro, con la voz entre cortada y de apariencia tan débil; cuando yo lo había sentido, casi siempre -a través de una pantalla, por supuesto- tan animado, alegre y lleno de vida, que eso se sentía como si estuviese siendo arrastrado por una ola, una gran ola que arrollaba todo a su paso, y en ese caso, todo lo que yo había creado con un 'Guillermo-no-Guillermo' de manera ficticia; y por otro lado, destrozando sus idealizaciones y sentimientos.

Cuando apareció ante mi, quise correr lejos, esconderme cual niño pequeño asustado, y verdaderamente lo estaba. ¿Cómo iba a dar la cara ante él, cuando lo he llenado de palabras bonitas, cálidas e ilusiones, sin saber la verdad en absoluto?. ¿Cómo, si incluso en mi cabeza había creado un posible futuro con la que yo creía que era la chica que podía completarme, alejarme de esta sensación de soledad continúa, en la que llevaba sumido tanto tiempo?.

Lo miré atentamente, con mi cara desencajada por la sorpresa. Una gran parte admirando su valentía, sin embargo, la otra, odiandola por completo.

“Es él, en verdad?"- Me pregunté como tonto.- “¿Aquella persona jovial y alegre, aunque tímida y tierna, es él?"- Un nudo extraño se formó en la parte superior de mi estómago y garganta, quitándome el aliento, asfixiándome lentamente.- ¿Yo lo he convertido en esto?"- Mis pensamientos no me dejaban, abrumándome más y más a cada segundo.- ¿Todo lo fictisio creado, los sueños irreales por la situación dada nos ha convertido en esto?"-.

Y ahora, estaba allí, hablando conmigo mismo, mientras yo no podía dejar de pensar en él, como si todo girase a su alrededor.

“Es el momento"- Me dije, dándome apoyo en un intento de fortaleza y seguridad.

—Yo... creí que eras... otra persona.—Tanteé lentamente.

“¿¡Cómo le dices a un chico con el que llevas hablando bastante tiempo, con el que compartiste risas, secretos, que te anima, que te hacía reír como tonto, ansiar un mensaje suyo, y con el que extrañamente creaste un suelo metafórico de un incierto futuro, que nada de eso puede o podrá ser porque creías que era una chica?!".

Me obligué a mi mismo a abandonar mis pensamientos para continuar explicándome, pero él me detuvo.

—Era para Caro.
—¿Qué?—Respondí. Me había sorprendido, ya que estaba fuera de mí.
—El número.— Por primera vez desde que entró en mi habitación y se había sentado, me estaba mirando a los ojos.—Te gustaba Caro, no yo.— ¿Asi es como se llamaba aquella chica tan coqueta?. Me sentí idiota y no pude sostener su mirada, cargada de miles de cosas.

Wigetta: Número equivocadoWhere stories live. Discover now