17. ¿Cambiaría algo?

4.7K 380 124
                                    

Samuel.

Dicen que a veces, sin previo aviso, una persona que casualmente ha entrado en tu vida, es la que más falta te hace cuando se va. Que en alguna parte de tu camino, encontrarás miles de personas, pero que solo algunas han dejado huella.

Bien, Guillermo había dejado huella en mí. Una huella imborrable, profunda y bien marcada. Y, en el último tiempo, me había dado cuenta de que no quería que esa huella se borrase. Pero como siempre, yo lo había fastidiado todo...

Al día siguiente de que Guillermo se despidiera de mí, no pude más y se lo conté todo a Fran, buscando su apoyo y consuelo, y aunque al principio me encontré con algunas tontas bromas de su parte, depsués me mostró sus palabras de animo y siempre repetía un 'Todo irá bien, tranquilo'.

Cuando lo vi frente a mí, me asusté bastante con la situación en sí. Por mi mente solo pasaba: "¿Qué dirá? ¿Me odiará porque sienta cosas raras por un hombre?" Pero después recordé que él sabía de mi extraño desliz con Luzu, y me aseguré a mí mismo que Fran me aceptaría, sin preguntas, sin malas caras, solo brindándome todo lo que yo ahora necesitaba. Y por suerte, acerté. Él escuchó atentamente todo lo que tuve que decirle, desde el día de mi cumpleaños -aquella tarde tan fatídica- hasta ese mismo día, pasando por Guillermo en mi habitación, las palabras de despedida, mis confusos sentimientos, el beso -aquel que hizo que mi corazón subiera a mi garganta y latiera fuertemente- hasta llegar a ese mismo punto, confesándole que extrañaba sus mensajes, su forma de hacerme reír...

-¿Y no has intentando ponerte en contacto con él?.- Me preguntó, como si estuviese hablando del tiempo.

-No...- Por alguna razón me sentí cohibido por su pregunta. Sentía que había expuesto demasiado de mí.

-Samuel, me acabas de dar un discurso de tonto enamorado, lo quieras o no, así que definitivamente debes ir tras ese chico. Ahora. O lo perderás, y después te arrepentirás.

Miles de cosas surgieron en mi mente, pero lo único que retumbaba claramente, a voces, por supuesto era: <<ENAMORADO>> ¿Yo, enamorado de Guillermo? ¿Yo queriéndolo? ¿Yo en una relación con él?

"¿Por qué eso se siente tan... cálido pero a la vez tan incorrecto?"

-Es que me ha bloqueado de Whatsapp, y por más que le he intentando hablar para intentar solucionarlo todo e intentar quedar como amigos, él solo ha seguido ignorándome. A mi, a mis whatsapps, a mis mensajes... a todo lo que tenga que ver conmigo.- Confesé, ignorando la mayoría de su respuesta anterior, y es que, definitivamente, no estaba preparado para afrontar todo eso. No ahora con mis emociones a flor de piel.

Fran solo suspiró y puso aquella mirada que denotaba exasperación. Intenté que no se notara que en parte me sentía algo culpable.

-Samuel, sabes que...- No podía seguir dejándolo hablar. Por su bien, por el mío, por el de Guillermo... por el de todo. Lo sentía mucho, pero definitivamente no.

-¿Podríamos salir a pasear, por favor? Es que no he ido a correr en estos días ni nada y siento como mi cuerpo está engarrotado.- Mi voz salió con una tonalidad muerta, casi imposible de escuchar y hasta yo mismo me asusté de eso, pero sentía como si mis propios pensamientos me estuvieran comiendo, arrastrándome hasta un lado oscuro lleno de preguntas, gritos, y otras muchas cosas que te hacen perder la voluntad y hace que todo se vuelva sombrío.

-Claro, vamos.- Como siempre, apoyándome, sin preguntar mucho más cuando veía que un tema me sobrepasaba.

En verdad lo entendía. Yo solía ser calmado -en la amplitud de la palabra-, en la mayoría de las veces solía estar seguro de lo que hacía, luchaba por lo que quería... pero en ocasiones, a veces tu estela desaparece, dejando, durante un tiempo, a alguien que es imposible de reconocer. Como cuando te levantas, te pones frente a un espejo y te sientes tan perdido que cuando miras tu reflejo no sabes quien eres, y te quedas allí, mirándote atentamente, buscando algo que te recuerde al que tú eras. Pues así me sentía yo desde el día de mi cumpleaños, como si yo mismo no fuera yo. Sin saber lo que quería, sin saber qué hacer o hacia donde dirigirme, olvidándome de todo, siendo despistado y descuidado...

Wigetta: Número equivocadoWhere stories live. Discover now