Daegu

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El auto se sentía cálido, como estar entre las tibias mantas  mientras bebes chocolate caliente y miras la televisión.
Las maletas estaban en el maletero, la calefacción era agradable y los nervios emocionantes.
Los regalos atrasados y el echo de guardar un asiento extra era maravilloso.
Yoongi se sentía como un niñito de 5 años, listo para visitar a la abuela.
Queria mimos y volver a bailar en el jardín ahora congelado de su abue.

Poner el viejo tocadiscos y usar el piano desgastado del salón, pero lo primero sería abrazar como un infante a su abuela, llenarle de besitos cariñosos en las mejillas y apretujarla como a un osito de felpa.
Le amaba tanto, y también le extrañaba con locura.

-¿Guardaste todo?.-pregunta su padre, encendiendo el auto y esperando a su esposa que sigue dentro de la casa. Yoongi asiente, pues sabe que se refiere a las maletas y los obsequios.

-¿No invitaste a Jimin?.- la omega entra al auto segundos después, con termos de café y los guantes que Yoongi dejó sobre la mesita de la entrada.

-Lo hice, pero no puede venir.-informa, con un puchero triste por no poder pasar vísperas de año nuevo junto a su Minnie.

Se lo a pedido hasta de rodillas, pero Jimin a tenido que declinar pues tiene compromisos en su hogar y no puede cancelarlos. Al parecer, por lo que Yoongi recuerda, el abuelo extranjero de Jimin vendrá de visita después de 5 años, y este realmente ansía verlo.
Yoongi a entendido perfectamente, pero también a "peleado" para, por lo menos, tener una videollamada con su amado durante la cena.

-No pasa nada, conocera a la abuela de todos modos.- eso le emociona más que abrir los regalos de navidad, los cuales (por cierto) le encantaron.
La señora Park le obsequió una subscripción de programas para producir música, además de un abrigo, y ni que decir del obsequio de Jimin.
Se desmayó cuando encontró a los de paqueteria en la puerta de su casa con el enorme piano personalizado por su novio.
Fue difícil que entrara por la diminuta puerta de su casa, pero al final se logró y ahora un elegante piano de cola blanco adorna la sala principal, justo en el fondo.
Se había pasado el dia siguiente de navidad tocando toda la mañana y no pareciera que fuese a parar.

El auto avanza con rapidez sobre el asfalto. El cielo comenzaba a clarear conforme avanzaban, pues era un viaje largo y decidieron emprender su viaje desde las moderadas 4 de la mañana.
Su madre ya a reclinado el asiento para dormir un poco mas, y su padre comienza a dar varios sorbos a su termo de café para no dormirse en el camino.
Alguna melodia popular actual suena por los altavocez traseros, y su padre aumenta considerablemente el volumen para deleite de todos.
Yoongi se recuesta a lo largo del asiento trasero, utilizando su mullida bufanda como almohada y decide dormir, pues es mas que probable que Jimin siga dormido y no piensa molestarle tan temprano con algún mensaje.

Se siente mal por dejar a su padre en silencio, pero el sueño le está ganando y solo quiere cerrar los ojos por un momento.

Y así lo hace.

Su respiración se calma, igual que los latidos desenfrenados de su corazón, y la melodia de Jazz suave que está comenzando a sonar por la radio le arruyan como a un pequeño.
Solo falta que empieze a chuparse el pulgar o pedir un biberón.

En medio de su mundo de sueños recuerda al pequeño Henry, sobrino de Jin, y las ganas de abrazar a un cachorrito le inundan. Realmente disfrutó todas esas actividades con el cachorro, sobre todo el levantarse por la madrugada y ayudar a arruyarlo, fascinandole como este comenzaba a dormirse en sus brazos.
Ese día habían decidido hacer otra pijamada en casa de Jimin, para ayudar a Namjoon y Jin con el cachorro más que nada, además de que la cunita ya estaba instalada y la señora Park parecía también estar encantada con la idea de tener un bebé en casa.

El Rarito De Los ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora