El Rarito De Los Park

Viéndolo por primera vez

Ya era sábado por la mañana y Yoongi trabaja tiempo completo como repartidor.

Su día fue simple, esperar a que el restaurante para el que trabajaba exclusivamente tuviera pedidos e ir a entregarlos.

Cuando no tenía ningún pedido platicaba con su jefe alegremente.

Era un buen sujeto.

-¿Eso le dijiste?- preguntó su jefe.

-Si, no me gustaba su aroma. Moras, realmente asqueroso.

-Tu eres el Alfa más quisquilloso que he conocido, pequeño demonio.

El hombre iba a decir algo más, pero el teléfono del restaurante sonó, indicando que alguien ordenaría comida a domicilio.

-¡Gracias por su compra!

Soltó por último, gritando la orden a los cocineros y esperando a que estos la empacaran.

-Aquí tienes Yoongi. Usa el casco y cuídate.

Yoongi subió a la motocicleta y condujo siguiendo el GPS.

Mientras seguía avanzando, algo en su mente hizo 'Clic', como si todos los nudos de su mente se hayan desenredado por arte de magia.

Estaba yendo a la residencia de los Park.

Conocer.
Quiero conocerlo.

-Calla tonto Alfa.

Se dijo así mismo hasta llegar al enorme portón de la casa.

Presionó el timbre un par de veces, pero nadie parecía salir.
Siguió tocando con insistencia hasta que una dulce y adormilada voz lo hizo detenerse en seco.

-¿q-quién es?~

Preguntó la voz del otro lado.
No era la voz de la señora Park, mucho menos de su esposo.

-¿Hola?~

-E-eh. Traigo un pedido de hamburguesas, papas y una malteada de chocolate.

Ningún ruido se escuchaba del otro lado.
Planeaba en tocar el timbre de nuevo, pero el enorme portón se abrió de pronto.

Caminó despacio y temeroso, con el corazón a mil por hora, con su lobo aullando de felicidad y moviéndose como loco.

De nuevo tuvo frente a él la enorme puerta de madera.
Tocó 3 veces, esperando pacientemente a que alguien apareciera tras de esta.

Esta se abrió y el aroma que provenía de adentro lo desconcentró un poco.

Canela y Chocolate.

Olía delicioso, como uno de esos desayunos excéntricos y costosos.
Su lobo aullaba y pedía a gritos enterrar su nariz en el cuello de la persona que posea ese delicioso aroma.

-¿D-disculpa?

El chico frente a él habló.
Ese omega es, sin duda alguna, la persona mas hermosa y tierna que haya visto en su vida.
Vestía un pantalón de pijama en color gris y una enorme sudadera de color negro que dejaba ver sus blanquecinas clavículas.

Su rostro es aún mas lindo todavía. Pensó.
Sus ojos se encontraban hinchados de tanto dormir.
Su nariz estaba de un color rojizo y sus mejillas eran preciosas y redondas.
Y sus labios... Dios esos labios eran dignos de un hermoso omega como él.

-O-oye. Mis hamburguesas...

Señaló la bolsa que tenia Yoongi en sus manos, había olvidado completamente a que venía.