El sueño de Julián

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Lunes. Primer día hábil de la semana, hace frío y el cielo está encapotado; las nueve de la mañana y Julián despertaba desganado, todavía con los lúcidos recuerdos del dulce sueño que disfrutara la noche pasada. Se complacia en recordarla adentro de la iglesia, ahí soñó que la veía por primera vez. Ninon se llamaba la elegida, aunque no estaba seguro de como sabía su nombre y claro, era su sueño... Evocaba su maravilloso cuerpo, su encantadora sonrisa, sentía como que de alguna manera ya conocía su ser interior, «raro», pensó y se concentró más en la totalidad del sueño :«Era un sábado de culto y por algún motivo como nunca llegó tarde de modo que se sentó en los bancos de atrás, fue entonces cuando casualmente sus miradas se encontraron y de alguna manera se gustaron. Ella sentada en primera fila ¿Quien será?, la pregunta obligada aguijoneando persistentemente su cerebro. El pastor comenzó a decir su sermón :«Porque de tal manera amo Dios al mundo...», pero Julián no tenía ojos ni oídos para el mensaje redentor; su atención se concentraba en ella : pequeña, piel blanca, nariz respingada y labios delgados, pero rojos y probocadores, sus ojos de mirada tierna casi sumisa, lo más sensual era su azabache cabello recogido hacia atrás como cola de cometa...»

Julián se aseo y vistió, comprobando a la vez que sus padres ya salieron al trabajo, «no tengo deseos de trabajar, creo que me tomaré el día libre», dijo mientras golpeaba despacio la puerta de la pieza donde vivían su hermana y su cuñado, introdujo su cabeza por la hoja entreabierta pero rápidamente la retiró avergonzado, desandando sus pasos rumbo a su cuarto. «Que chasco —pensó —, ellos teniendo sexo y yo interrumpiendo con mi impertinencia, seguramente en momentos mas vendrá ella a preguntar que quería», efectivamente Lucy su hermana llega lanza la trillada pregunta. Julián no responde, ella le invita a desayunar.

Provó su café caliente, bueno para el temporal reinante, dio un mordisco al pan con mantequilla, un desayuno austero pero reconfortante. «¿Y vos ya tienes novia?», preguntó siempre burlon su cuñado, «ya dejalo tranquilo», retruco Lucy. Era cierto pronto cumpliría diecinueve años y ninguna novia en su haber, solo amigas de la iglesia y del colegio.

Su mente comenzó a divagar en imágenes retrospectivas de su sueño, no podía olvidar su sonrisa ni las curvas de su angelical cuerpo; súbitamente la imagen de su hermana y su marido copulando, ella cabalga con furia sobre el cuerpo masculino, «el que está abajo soy yo», pensó «la que está arriba es Ninon», sintió un coscorron en la cabeza que le hizo vomitar sus pensamientos en el acto, «dejalo en paz», se dejó oír Lucy. Lo que pasó se entiende, su cuñado le pregunta algo y Julián se pierde en sus ensueños post-adolescentes, su cuñado es impulsivo, buena gente pero impulsivo.

Ahora Julián se retira amablemente, antes de salir se despide de su sobrino que duerme profundamente, le estampa un beso en su pequeña frente.

Sale a la calle a enfrentar el frío y el viento. Pensó que apenas vea a Ninon, la chica de su sueño (si es que existe) le hablaría.

Subió a un colectivo que arrancó rumbo al centro de la ciudad. Decidió ir a trabajar.






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