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Después de haberse despedido de Light, Matsuda y L habían vuelto a la sala en la que se encontraban antes y se habían quedado ahí hasta que llegó el momento de cambiar el turno.

- Bueno, Ryuzaki... - Se despidió Matsuda, acariciandole el pelo - Me voy, ahora le toca a Aizawa quedarse contigo.

- Vale. - Asintió simplemente el niño de seis años de edad, mientras se comía una gominola.

Matsuda asintió y salió de la sala, yendo a buscar al policía de pelo afro para que se encargara de cuidar al niño.

Había sido curioso conocer a un Ryuzaki tan pequeño, aunque no le hubiera hecho mucho caso. Se preguntaba cómo lo hacía Light para caerle tan bien.

Tendría que preguntarle cuál era su truco para hacer que los ojos del niño brillaran solo con oír su nombre.

Ya le gustaría a él caerle tan bien a los niños.

- Hola, chicos. - Saludó nada más entrar a la sala - Aizawa, es tu turno.

El aludido suspiró, cansado.

- Buf. Justo ahora que habíamos conseguido infiltrar a Misa y me toca hacer de niñera. - Se quejó el detective.

Light apretó la mandíbula.

- ¿Alguna objeción? - Le preguntó, mirandole con una mirada retadora. El policía no se la pudo agantar, así que se cruzó de brazos y apartó la mirada.

- Sí. - Dijo, sin ningún tipo de miedo o remordimiento impregnado en la voz - A mí no me pagan para cuidar a un enano con problemas alimenticios.

Light tomó aire lentamente. No quería dejarse llevar, mucho menos pegar a nadie. Tenía que pensar con calma y actuar de forma madura.

- Me esperaba un comportamiento más maduro de tu parte Aizawa. - Dijo simplemente el castaño.

- Light. Llevamos meses intentando atrapar a este asesino. - Se quejó de nuevo, gesticulando con las manos - No quiero irme justo ahora.

- Sé que no es algo que te haga especial ilusión, Aizawa. - Intervino el señor Yagami, siempre dispuesto a calmar el ambiente, poniendole una mano en el hombro - Pero entiende que es algo que hay que hacer.

- Tú tienes una hija, ¿no? - Agregó Light, calmadamente - Imagínate que es ella y sé amable. Hasta Ryuzaki es más maduro que tú. - Soltó, siendo consciente de que ese comentario le iba a doler al otro.

Después de todo, estaba comparando su madurez con quien literalmente era un niño de seis años.

- Si quieres en un rato puedo ir yo otra vez, a mí no me importa. - Se ofreció Matsuda, aunque él realmente también tenía ganas de ponerse al día con la investigación.

- O yo. - Añadió Light.

- Ya voy yo. - Aceptó finalmente el policía de pelo afro - Pero avisadme si pasa algo realmente importante.

- De acuerdo. - Asintió Soichiro Yagami. Aizawa se dirigió a la salida y Light no le quitó la mirada de encima hasta que hubo desaparecido por la puerta.

No le apetecía que estuviera con Ryuzaki, sentía que no le iba a prestar la atención que se merecía. Sin embargo, no había nada que pudiera hacer. Él tenía que seguir ayudando con la investigación. Estaban apunto de demostrar su inocencia.

Si lo lograban, tal vez podría salir con Ryuzaki algún día, cuando este hubiera vuelto a su forma adulta.

Pero para eso era necesario atrapar a Kira.

48 horas - LawlightWhere stories live. Discover now