12

9.3K 911 1.9K
                                    

- Bueno, ¿a dónde os apetece ir? - Preguntó Light en cuanto salieron del edificio.

L se encogió de hombros, indiferentemente. Mientras, Matsuda bajó un poco la mirada y se rascó la cabeza.

- Bueno... - Comentó, lentamente y con algo de miedo de dar su opinión - Yo suelo ir a una hamburguesería que hay por aquí...

Light observó cómo las mejillas del policía se teñían de rosa con rapidez.

Matsuda no tiene demasiado dinero para gastar en restaurantes caros. - Supuso rápidamente - Bueno, y yo solo lo que me ha dado mi padre antes para Ryuzaki y para mí.

El castaño cerró los ojos por unos instantes, tocandose el mentón mientras pensaba.

- Mm... Conozco un buen restaurante, barato también. - Informó, con una sonrisa sincera en la cara - Ahí también hay hamburguesas, si es lo que te querías coger, y no está muy lejos.

- Oh, genial. - Matsuda sonrió también, ilusionado por variar un poco más sin que ese hecho le hiciera daño a su cartera.

- Light. - Llamó entonces el niño, tirandole del brazo.

El castaño se agachó un poco para estar a la altura del niño y le sonrió.

- Dime, guapo.

- Yo quiero algo dulce. - Le pidió, sonrientemente y contento de estar tan cerca del otro chico.

- Habrá, te lo prometo. - El niño extendió su dedo meñique hacia el otro chico, como diciendo "¿me lo prometes?" sin decir una palabra. Light juntó su meñique con el del otro, bastante más pequeño que el suyo sin pensarlo - Y si no, te puedo comprar un helado en el mismo parque en el que hemos estado a la mañana.

- ¡Bien!

Una vez en el restaurante, los tres se sentaron en una mesa centrada y pidieron su comida.

Estaban L y Light a un lado de la mesa y el policía enfrente de ellos. En un principio se iba a haber sentado al lado de Ryuzaki, pero cuando lo intentó este le dijo infantilmente que el sitio estaba reservado para Light.

El castaño le envió una mirada de disculpa a Matsuda y se sentó con el niño. El policía por su parte no le dio importancia a su comportamiento infantil, era un niño después de todo.

Comieron tranquilamente, hablando de una o que otra cosa. De las cosas que les gustaban a cada uno, de lo mucho que le gustaba arreglarse a Light, de las tonterías que decía Matsuda a veces... Estuvo bien la comida. Los tres se lo pasaron bien, aunque a Ryuzaki le habría gustado más poder estar solo con Light, pero agradecía estar con él al menos durante un rato.

Cuando les trajeron el postre, Light miró la hora. Ya eran las dos menos cinco.

- Ryuzaki. - Le llamó - Tal vez estaría bien que me acompañaras al baño.

L, quien en ese momento se encontraba sorbiendo su batido con una pajita ruidosa y adorablemente, se detuvo abruptamente.

- ¿Los dos? - Preguntó, dubitativo. La espectación le hacía emocionarse.

- Sí, los dos. - Confirmó el castaño, extrañado por cómo las pupilas del niño se habían dilatado en segundos.

Por su parte, el joven policía que estaba allí con ellos los miró confundido.

- ¿Pasa algo, Light? - Le preguntó.

- Es que no creo que sea conveniente que se transforme delante de tanta gente. - Razonó el castaño, sabiendo que se armaría un gran revuelo si alguien se enterara de lo que había pasado.

48 horas - LawlightWhere stories live. Discover now