17/08/2016

8.1K 791 2.2K
                                    

No había pasado ni una semana desde que Light había salido de su confinamiento, con la condición de ayudar en la investigación mientras estaba atado a L en todo momento.

Ambos chicos se encontraban en ese momento en su habitación, aún era temprano, por lo que el resto de policías no habían llegado.

Light estaba terminando de ducharse y Ryuzaki, justo al otro lado de la puerta, tan lejos como le permitía la cadena, estaba mirando su ordenador.

Por desgracia, la cadena no era muy larga, por lo que tenía que tener el brazo estirado hacia la ducha y se encontraba en una postura incómoda.

- Light, ¿te falta mucho? - Le preguntó con impaciencia. Si el castaño no fuera tan vergonzoso podría estar dentro del baño, siguiendo con su trabajo más cómodamente.

Tampoco era como si le fuera a mirar, tenía mejores cosas que hacer que mirar a un genocida ducharse. No sabía qué clase de visión tenía Light sobre él, pero un pervertido no era.

- ¡Ya voy!

No tuvo que esperar mucho más. Escuchó cómo el agua dejaba de correr y pocos minutos después salió el castaño del baño, solo con un pantalón puesto y con el pelo mojado, pegado a su rostro.

- Te has tomado tu tiempo. - Murmuró L, levantándose del suelo por fin y sujetando el ordenador con su mano derecha.

Light se dirigió a su armario directamente, como si le incomodara estar más tiempo del necesario medio desnudo delante de L.

- Perdón. - Murmuró, mientras buscaba una camiseta decente entre la poca ropa que tenía ahí - Pero este pelazo necesita cuidados especiales.

- Claro, cómo no. - L rodó los ojos y se sentó en la cama, teniendo una vista perfecta del perfil del menor. Soltó las cadenas un segundo para que Light se pudiera poner la parte de arriba.

- No me extraña que tú precisamente no lo comprendas. - Le devolvió el golpe Light, mientras se ponía una camiseta gris.

L simplemente se encogió de hombros y después de volver a encadenarse a Light siguió con su trabajo, mientras veía de vez en cuando al chico paseándose por la habitación, buscando su peine favorito.

Después de un rato, el castaño se le acercó y le tocó suavemente el hombro, como un niño pequeño que quiere pedir algo pero no sabe cómo.

- Ryuzaki. - Le llamó, con voz suave - Ahora que vivimos aquí los dos juntos, me gustaría pedirte algo.

Elle levantó su mirada de la pantalla del ordenador para clavarla en esos ojos castaños que brillaban tan inocentemente.

- Lo dices como si estuviéramos casados. - Se burló el mayor.

Light apartó la mirada, posiblemente avergonzado.

- No digas tonterías.

- Uy, qué cerrado de mente. - Se quejó L, siguiendo con su tono burlón - Ahora las posibilidades de que seas Kira han aumentado un 5%.

Lawliet pudo observar cómo sus palabras afectaban al otro, que pasó a apretar sus dientes con rabia. Su intención no era molestarle, solo chincharle un poco porque le había hecho gracia lo dulce que había sonado su voz a la hora de hablarle.

- Es broma Light, - Se disculpó, fijando toda su atención en el universitario - sigue, que te escucho.

Light tomó aire profundamente antes de contestar. Relajó sus facciones y el tono amable de antes volvió, solo que menos dulce y algo más cortante.

48 horas - LawlightWo Geschichten leben. Entdecke jetzt