7

9.7K 1K 1.6K
                                    

- Pero qué es esto, ¿qué hace un niño aquí? - Aizawa fue el primero en hablar, con el ceño fruncido como de costumbre.

- Sí, Light. - Le dio la razón el señor Yagami, totalmente confuso - ¿Qué está pasando? ¿Dónde está Ryuzaki y por qué estás con un niño?

El pequeño L le despeinó el pelo a Light, lo que dejó aún más confusos a todos. Era muy extraño que Light no hiciera nada para evitarlo. El niño, inquieto, se acercó al oído de Light.

- Yo soy Ryuzaki, ¿verdad Light? - Preguntó en voz algo baja, aunque el resto fueron capaces de escucharlo de todas formas.

- Sí, peque. Ese eres tú. - Confirmó el castaño, bajandolo al suelo con una sonrisa sutil. L se sujetó al brazo del castaño, sintiéndose más seguro así. Le incomodaba de cierta manera que los cuatro adultos desconocidos tuvieran su mirada fija en él. Light se giró hacia el resto, con una mirada seria - Él es Ryuzaki.

Todos retuvieron la respiración unos segundos. Ahora sí con la cara desfigurada en una mueca confusa. Hasta Mogi, que siempre se mantenía al margen y sin mostrar sus emociones, estaba totalmente extrañado.

Observaron al pequeño niño que parecía estar escondiendose detrás de Light. Tenía el pelo algo largo y desordenado, de color negro como la noche, ojos grises y dilatados adornados con unas pequeñas ojeras y un dedo metido en la boca. En cuanto a su ropa, llevaba una camiseta negra con una L roja dibujada en ella y unos pantalones vaqueros azules y largos. Ambas prendas le quedaban algo grandes. Soichiro pudo reconocerlas al instante, habían sido de Light.

- No entiendo. - Exclamó Matsuda contrariado. Pasaba su mirada de L a Light simultáneamente, como si así fuera a descubrir lo que estaba pasando.

- ¿De qué estás hablando, Light? - Preguntó su padre con el ceño fruncido, pero tratando de mantener la calma. Buscó en su hijo algún signo de estar mintiendo, pero no encontró ninguno. Solo les miraba indiferentemente, rodeando con un brazo al pequeño niño ahí presente, de manera protectora.

- ¡¿Cómo va a ser él Ryuzaki?! - Alterado como estaba, Aizawa preguntó lo que todos se estaban preguntando. Light suspiró. No quería tener que explicar la situación delante del propio Ryuzaki, pero este había insistido en acompañarle y estaba claro que era hora de explicar lo ocurrido.

Le acarició el pelo al niño con cariño antes de contestar.

- Cuando me lo encontré ya estaba así. - Aclaró Light calmadamente - Bueno, más pequeño. Era un bebé. Cada dos horas crece lo que equivaldría a un año. - El pequeño pelinegro le observó desde abajo con los ojos abiertos, no había sido consciente de eso. Él pensaba que hacía mucho tiempo que conocía a Light, al menos tenía esa sensación, pero estaba claro que había estado equivocado - Os aseguro que es Ryuzaki.

- Eso no tiene sentido. - Recalcó su padre después de sopesar la información. Aizawa asintió de acuerdo.

- Tiene que ser una broma.

Light apretó la mandibula y resopló. Estaba claro que no se lo iban a creer fácilmente.

- No es una maldita broma, Aizawa. - El castaño les desafío a todos con la mirada a que dijeran lo contrario - Deberíamos llamar a Watari para ver qué hacemos hasta que recupere su edad normal.

- ¿No está aquí? - Matsuda se rascó la cabeza, confuso. No entendía del todo bien lo que estaba pasando.

- No. No sé dónde está. - Light suspiró cansado. El hecho de no haber dormido sus ocho horas diarias le ponía de mal humor.

- Pues creo que el único que puede contactar con él es Ryuzaki. - Comentó su padre, haciendo que Light resoplara. Miró un segundo al niño, que se encontraba confuso y con la mirada perdida en el suelo, estaba claro que no iba a saber cómo hacerlo.

48 horas - LawlightWhere stories live. Discover now