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Recién salido del horno otra parte de esta historia. Espero disfruten.

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–Quiero mi diario. –entró Amina y él la miró de arriba a abajo, llevaba una camiseta de tirantes blanca y un culotte azul oscuro, así sin más volvió a la lectura.
–Ya me queda poco. –le contestó pasando a la siguiente página simulando ignorarla. Ella se subió e intentó sacarle el cuaderno– Vos leiste el mio. –se miraron fijo y Amina seria se sentó en sus talones algo pensativa.
–De acuerdo. –él la miró esperando EL berrinche, ella se acostó apoyando su cabeza en el pecho de Marcus que miraba lo que hacía.
–¿Qué haces? –ella le tocó la punta de su nariz.
–Tranquilo, no voy a seducirte. En cuanto te saques la curiosidad con el diario me lo llevo y me voy. –él suspiró.
–Bien.

"Hoy es un día muy especial, menos mal que fui a buscar este short…"

–¿En serio tenés ropa para esas cosas?
–Si, algún día te cuento el de este. –estiró apenas el culotte y lo soltó– Pero seguí que quiero mi diario. 

–Ok. –nunca le gustó acurrucarse pero el cuerpo de Amina encajaba tan bien con el suyo que se sentía muy cómodo, inconscientemente sujetó el libro con una mano y con la otra la abrazó.

"...hoy es el cumpleaños de Marcus, hoy me decido. Después de una gran investigación descubrí que le gusta la pasta casera, todo lo que lleve frutillas (puaj) y crema. 

Ya lo tengo. Hoy cuando llegue de trabajar con su humor de perros lo voy a esperar con una torta con frutillas y crema y para cenar pasta casera. No creo que salga con sus compañeros de trabajo porque no les tiene ningún aprecio así que ¡manos a la obra! ¡mercado son las seis de la mañana pero voy a buscar tus mejores asquerosas frutillas!"

"Eran las cinco y no había llegado yo aproveche para dejar todo limpio y ordenado porque hice un tremendo desastre. Había pasado una hora y preferí meter la torta en la heladera. Cocine la pasta lentamente así que me dije que cuando llegaba cenaríamos, dudo que alguna vez admita que cocino bien pero primero tenía que llegar.
Faltaba poco para las nueve y mande todo al carajo, cené y me comí una porción de torta, en ese momento no sabía si esa noche iba a llegar... maldito short y mis ideas.
 Terminé acostada en el sillón viendo Sharknado 4, no iba mucho cuando escuche la puerta. Ni siquiera me molesté en mirarlo. Estaba enojada. Estuvo un rato en la cocina y se sentó en el apoyabrazos del sillón donde estaba…"

–¿Qué hacés? –le preguntó a Amina viendo como se tapaba las piernas y volvía a la posición anterior agarrando el brazo de Marcus para ponerlo como antes.
–Tengo frío en los pies y vos lees muuuy lento.
–Te vas a ir a tu cama. Te aviso. 
–Ajam…

"Se disculpó, se oía sincero aunque no del todo.
–Perdón, no sabía que ibas a acordarte. Salí a festejar después del trabajo… –lo miré y me paré, sabía que era ahora o nunca porque sabía que la iba a cagar.
–No importa. –me salió decir, tenía miedo, nervios y ansias. Le sostuve la cara con ambas manos y lo besé, creo que nunca di un beso con tantas ganas y tan sincero en mi vida– Feliz cumpleaños. 
 Le dije eso pero me acobarde y me fui antes de que reaccione asi que voy a terminar esto porque sé que:
*Marcus lo vas a buscar por toda la habitación incluso entre los resortes incómodos de este puto colchón.
*Aca lo encontraste, lo leiste y te digo que no pienso volver a sentir esos tres resortes en mi espalda mientras vos dormís en una cama enorme, suave y comoda."

Terminó el diario y lo cerró, Amina dormía plácidamente en su pecho. No, no podría permitir esto. Al menos no después de enterarse todo eso.
–Mina, ya está. Aca tenes tu diario. Anda a dormir a la otra habitación o al sofá. –mientras se lo decía la sentaba en la cama y ella se despierta, frunce el ceño al mirar el diario en sus manos, lo mira a Marcus, revolea a un lado el librito y vuelve a acostarse.
–Si vos queres dormir incomodo tenes la otra pieza o el sofá, a mi me duele la espalda. –se acuesta boca abajo y abraza la almohada.
–Amina tomatelas… –sentía como su cara ardía a lo que ella se acomodo sin abrir un ojo.
–Si seguís reemplazó a la almohada por vos, que estás bien abrazable. –él ya no sabía que decir. Asique se acostó lo más lejos que pudo y poco a poco fue quedándose dormido.
 Serían las tres de la mañana cuando Amina se despertó y vio a Marcus durmiendo a su lado de costado, con mucho cuidado se ubicó en sus brazos pegando la espalda en su pecho y tuvo cuidado de que su pelo no le hiciera cosquillas y lo despierte. Lentamente fue conciliando el sueño sintiendo como de vez en cuando Marcus la apretaba mas contra si. Y tuvo una sensación que nunca había sentido.
 Se despertó cuando él se movió a apagar una alarma que no tendría que haber sonado😑, cuando se percató a quien estaba abrazando tuvo el pensamiento de salir corriendo.
–Buen día. –lo beso en los labios rápidamente y volvió a acomodarse sosteniendo su brazo– quédate un ratito más, tengo la espalda calentita.
–¿Qué…? Mierda Amina, soltame. –ella sin soltarlo se giró a verlo a los ojos.
–En dos semanas vuelvo a casa, y no nos vamos a volver a cruzar o en el caso que me ignores como hiciste siempre. Al menos dame el gusto. –ella apoyó la cara en su pecho y él lo meditó unos segundos, solo serían unos días.
–Me parece justo. –la abrazo con cariño– pero no voy a tener sexo con vos.
–Ufa, bueno pero voy a robarte besos y a dormir en esta cama.
–Hecho. –dos semanas y el problema de Amina se iría ¿Que podría salir mal?

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¿Les gustó? ¿Que piensan acerca de los personajes?

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now