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Se despertó primero y vio como ella seguía dormida abrazada a él, descansando en su pecho. Como por inercia acarició su cabello enredando apenas entre sus dedos y deslizando paso a acariciar su espalda que estaba al descubierto, frunció el ceño sin entender como una persona le podía hacer sentir todo eso, cómo podía llegar a querer alguien así. Ella giró la cabeza y acomodando su cuerpo lo miró:
-Buen día. 
-Buen día. -contestó dejando de fruncir el ceño- ¿dormiste bien?
-Demasiado. ¿En qué pensabas? -preguntó poniendo su mano entre el pecho y su mentón.
-En cómo terminaste por gustarme tanto. -sonrieron.
-¿Entonces no te arrepentis? -Marcus acarició su rostro con el índice.
-No, jamás. -la atrajo hacia él y la besó, ella se separó.
-Marcus no me lave los dientes. -él alzó una ceja.
-No me importa, vení, yo sé que querés venir. -ella le sonrió y él rápidamente quedando arriba de ella comenzó a besarla.
-Marcus no me jodas que tenés un teléfono fijo. -cortó al oír el ruido desde el comedor.
-Sí… ahí vengo. -tenía que atender porque sus jefes tenían ese número- ¿Diga?
-¡Marcus! ¿Sabes dónde está tu hermana? -...y también lo tenían sus padres, él se apretó el puente de la nariz y suspiró.
-Si, está conmigo y ayer le aviso a mamá que salía.
-¿De verdad? 
-Sí, fue a lo de sus amigas y yo la pasé a buscar y le mandó un whatsapp a mamá avisándole. 
-¿Qué? Bueno bueno, ahora hablo con ella.
-Bueno. -cortó ya con pocas pulgas, se dio vuelta para irse pero pensándolo mejor primero desconecto el teléfono.
-¿Quién era? -preguntó sentada en la cama, desperezándose.
-Tu padre.
-Nuestro…
-Te lo regalo. -se subió a la cama y besándola volvió a como estaban antes- Y desconecte el teléfono. -Amina río y él siguió besando cada parte de su cuerpo…
 Luego de ducharse juntos se estaban vistiendo notando como él no le quitaba la vista de encima.
-Necesito ir a buscar mis cosas a lo de Juliette…
-Sí, ¿qué te parece si te cambias allá y vamos a desayunar por ahí?-sugirió.
-¿Por qué acá no? -preguntó buscando sus zapatos.
-Porque tengo solamente un saquito de té y dudo que esté bueno.
-Esta bien, me convenciste, tengo hambre. 
-¿No te alcanzó con lo que comiste esta mañana? -sonrió hablándole con doble sentido y aunque ella sonrió también vio cómo se sonrojó.
-Para nada, pero te cansaste así que tengo que desayunar ¿no?
-No sé de dónde sacas tanta energía pero mejor vamos. 
 Camino a lo de la amiga de Amina iban hablando sobre a dónde podrían ir. Al llegar Marcus bajo con ella, Nina abrió la puerta y la recibió  con una sonrisa de oreja a oreja, se sumó Juliette que después del abrazo la señaló con el índice y solo dijo "ah, si" y las tres casi se iban a una de las habitaciones cuando Nina dio media vuelta, miró a Marcus poniendo los puños en su cintura y entrecerrando los ojos:
-Vos, colorado malaleche. -dijo pegándole en su hombro con fuerza.
-¡Auch! Vos también sos colorada. -le cortó a la vez que sostenía su hombro adolorido.
-Como vuelvas a meterme en un plan que incluya ocultarle cosas a mi amiga voy a partirte tu mandarina en gajos y si este golpecito te dolió no vas a querer ver el próximo. -todos la estaban mirando asombrados ya que nunca la vieron enojada pero como si nada le dio la espalda y sonrió- bueno, vamos a buscar tu ropa. -le dijo a Amina donde las tres entraban por una puerta que correspondía a la habitación.
-¿Cómo estás? -saludo la pareja de Juliette estrechando las manos.
-Bien…creo... - dijo masajeando su hombro.
-¿Querés un café? -preguntó levantando apenas su taza.
-No ahora vamos a desa… -entonces fue cuando escucharon en la habitación un grito al unísono "ahhh" seguido de un murmullo inentendible- ...yunar…
-Espero no estés apurado, algo me dicen que van a tardar.
-Creo que si quiero ese café. -contestó asombrado.
-Pasa, sentate. -le dijo dándole dos palmaditas en la espalda yendo a la cocina con una paz envidiable.
 Veinte minutos después cuando ya los dos hombres habían hecho amistad las chicas salieron y Amina roja como un tomate.
-¿Vamos?
-Pero ¿qué pasó? -preguntó Marcus 
-No querés saber, créeme.
-Ok, si mejor vamos. -se despidieron de los tres y fueron a un café que le había recomendado la pareja de Juliette. El lugar era bonito, todo tenía mucha madera que le daba el toque "rústico", ambos pidieron un desayuno abundante. Cuando les sirvieron todo el teléfono de Amina empezó a sonar.
-¿Si? Con Marcus ¿por? Ay… ma...pero… -estaba asombrada por el reto que le estaban dando con su padre de fondo y su hermano le quitó el teléfono.
-Mamá… -y ahí Debora bajó los humos casi del todo- ayer les aviso que se iba a lo de su amiga... ¿no era que querías que tenga amigas?... y bueno, dejala de retar por todo… en un rato la llevo, estamos desayunando...si a esta hora...ma, se me enfría el café...chau, si chau. -le cortó y se lo devolvió- hasta a mi me tiene harto.
-Y a mi ni te cuento. -acordaron los últimos detalles de las vacaciones y que él pasaría a buscarla el lunes por la mañana. Al llegar Amina bufó sabiendo el lío que haría su padre- ¿Qué pasa?
-No quiero entrar. -contestó al tiempo que Marcus apagaba el motor.
-Tenés que, yo te acompaño no creo que hagan tanto lío. -le dijo sonriéndole
-Bueno entonces si me da un poquito más de ganas. -le acarició el cabello y él le respondió con un pequeño beso. Al entrar estaba su padre esperándola en el living y levantándose del sofá le dijo señalando con el índice. 
-¡¿A vos te parece irte así por ahí y volver a esta hora?!
-Pero te avisé y a mamá también…
-Ah, no, a mi no me avisaste nada. -decía Debora saliendo de la cocina con un vaso de agua.
-Mamá por favor, hasta a mi me mostró los whatsapp que te mandó, además ya está grande puede quedarse en lo de las amigas y más en mi casa…
-¡Pero que avise! -le cortó su padre pasándose la mano por el pelo.
-¿No te das cuenta? Te está diciendo que te avisó, pero seguís sin prestarle atención ¿y vos ma, podrías revisar tu teléfono y ver los mensajes que te mandó para comprobar?
-Los borré, no guardo los chats de whatsapp, me ocupan mucho espacio.
-A parte explícame qué estás haciendo acá, no venís nunca y ahora venis ¿a qué?
-A ver porque Amina no quiere volver cada vez que se queda conmigo y creo que ya entiendo el porqué. -la miró y sin pensarlo la abrazó.
-A ver Amina, ilustranos porque no querés venir. -exigió su madre cruzándose de brazos.
-¿Y para qué querría venir? Si están un rato y se van, incluso los domingos. -contestó aún aferrada a su hermano- estoy sola todo el día, si tengo amigas no me dejan estar con ellas, si estoy en lo de Marcus se enloquecen pensando que estoy en cualquier lado, no puedo salir porque mamá siempre piensa lo peor de mi y te lo pasa a vos -señaló a su padre con la cabeza- y cuando vuelvo lo único que hacen es retarme porque estoy desayunando con amigas o con mi hermano y tendría que estar encerrada en esta casa…¿para eso quieren que vuelva?
-Hijita yo no pienso lo peor, me preocupo…
-¡¿No te dije qué iba a decir algo de eso?! ¡Yo tenía razón! -le cortó a su esposo y le dijo a Amina- ¡Vos sos una mal agradecida! ¡Todo hacemos para que vivas bien!..
-¡Bueno basta! -le cortó Marcus y Amina subió corriendo a su habitación- hasta a mi me cansaron, espero que estén orgullosos de lo que están logrando. -sin dejarlos hablar subió detrás de los pasos de Amina para encontrarla abrazando una almohada llorando- Mina, bonita no llores, vení. -tomándola de un brazo suavemente la hizo sentarse y le secó las lágrimas con sus manos.
-Yo no soy así ¿o si? ¿Tan mala soy? -él la abrazó con fuerza.
-No, no sos mala, para nada. Yo no sabía que eran así con vos, cuando me fui fue porque tu padre me volvía loco, nunca fui suficiente para él y pensé que vos ibas ser para ellos lo que yo no fui pero jamás se me cruzó por la cabeza que se llevaran así…
-Si, papá siempre me sobreprotegió demasiado de todo y tu madre por el contrario puedo decir con seguridad que nunca me mostró una gota de interés, pero me molesta que piense que soy mala o que hago las peores cosas y todo el tiempo son así… -él besó su frente y se paró.
-No te puedo dejar acá, ni loco. 
-¿Y qué vas a hacer? -preguntó su padre apoyado en el marco de la puerta.
-Llevármela. -le contestó desafiante. 
-¿A dónde? Vos no te llevas a mi hijita a ningún lado, es menor…
-¿Ah, si? Mira como esta tu "hijita" por tu culpa. -la señaló viendo a Amina con los ojos hinchados por llorar- Amina, junta tus cosas, te venís conmigo.
-¡Qué no se va! -mientras agarraba a su hijo por el cuello de la camisa vio de manera desorbitada como ella sacaba dos bolsos ya listos de un placard vacío- Amina…
-Listo. -Marcus se sorprendió al verla- no te sorprendas, nunca deshice el bolso.
-¡¿Qué le hiciste a mi hija, vago?! -lo empujó pero Amina abrazando a su padre besó su mejilla.
-Ya está papá, no lo insultes más, me voy a ir igual y si no hubiese sido con Marcus hubiese sido a otro lado. 
-Pero… -no terminó de decir nada porque no sabía qué hacer o qué pensar, por lo que los hermanos aprovecharon el momento para irse, él llevaba las valijas y ella le abrió la puerta cuando estaban saliendo escucharon un: 
-¡Yo nunca te…! -de su madre pero Amina cerró la puerta con fuerza y agarró uno de los bolsos.
-No vale la pena escucharla. -dijo en un murmullo y Marcus caminando a su lado no dejaba de mirarla pensando en cómo lo habría pasado esos años creandole un sentimiento de querer hacerla sonreír y sacarle la angustia que se veía que sentía en esos momentos.

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¡Buenas! Perdón la demora con la siguiente parte, mi inspiración había huido. Espero hayan disfrutado de esta parte, me gustaría saber su opinión. ¡Nos leemos pronto! 💫💫💫

Deseos ProhibidosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz