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Era domingo, con más precisión: las nueve de la mañana y los fuertes vientos con una lluvia torrencial despertaron a Amina. Fue al baño, se había cortado la luz, miró por la ventana y al ver el clima se dijo: 

-Ideal para el delicioso mañanero.

 Se quitó la tanga y se metió muy despacio entre las sábanas subiéndose encima de su hermano, sin tardar empezó a repartir besos sobre su rostro, su cuello y su pecho. Lo sintió que  estaba por despertarse por lo que acarició su miembro por encima del pantalón piyama.

-Buenos días. -dijo él antes de besarla.

-Buenos días ¿todo esto es tuyo? 

-Vos sabes que si. 

-¿Ah, si? ¿Y me lo prestas un ratito? -Marcus soltó una risa cuando su hermanita metió su mano dentro de su ropa.

-Si, todas las veces que quieras. -concluyó al tiempo que de un movimiento la puso debajo de él, besándola y acariciando sus piernas, subió sus manos hasta su cintura enrollando su camisón.

-Estaba muy cómoda arriba… -dijo enredando sus piernas en la cadera de él atrayéndolo más.

-Te jodes, por despertarme un domingo tan temprano. -contestó tocándola- Podría jurar que anoche tenías ropa interior.

-Sí sí, la tenía. -gimió suave y lo atrajo para besarlo de manera apasionada. 

-No te podés mojar así cada vez que te beso… -dijo sacando la mano con sus dedos empapados.

-Menos mal que no lo haces seguido en público. -ambos sonrieron y ella tiró para bajar la ropa de Marcus, él ayudó y no tardó en entrar en ella haciendo que suelte ese suspiro que tanto le gusta oir- Ahh, ¿Fuerte?

-No… déjame disfrutar esta victoria.

-¿Cuántas veces la vamos celebrando? -preguntó entre besos y caricias.

-No sé, pero esta paz la voy a festejar muchas veces más. -fue lento pero muy intenso, ambos se tomaron todo su tiempo para explorarse, dándose tanto placer como amor.

 Los dos quedaron exhaustos y recostados mirándose y acariciándose, Marcus se levantó con una gran rapidez yendo al baño. Amina quedó recostada pensando en lo bien festejada la victoria del día anterior aunque ya era como el cuarto festejo más o menos.

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Horas antes:

Marcus estaba muy concentrado en su notebook con Amina a su lado, él le dijo que iba a solucionar la situación y lo haría. Una vez que preparó todo, como primero de todo, llamó a su padre:

-¿Gustavo?

-Marcus ¿qué pasa? -ambos se hablaban con un tono frío y distante. 

-Pasa que tu esposa amenazó a Amina con que si no me dejaba iba denunciarnos y te llamaba para que la hagas desistir de esa estupidez.

-¿Por qué lo haría? -sonrió son algo de sorna.

-¿No que no querías ver a tu hija sufrir? -preguntó manteniendo, con gran esfuerzo, el mismo tono de voz.

-De preferir, la prefiero lejos tuyo. Si es todo tengo una reunión y…

-Antes de cortar mira con cuidado lo que te envié, nos vas a querer ayudar. -lo oyó suspirar pesadamente.

-A ver… -Gustavo estaba más que intrigado ya que no creía que tenga algo que lo haga cambiar de opinión, vio transferencias viejas entre otros datos que no le parecieron importantes- Explicame porque te ayudaría por unos papeles viejos.

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now