7- ビーチ

3.5K 337 37
                                    

Recibí una mirada compasiva por parte de Aguni, entonces era verdad, era una orden tapada como petición, suspiré con alivio, había escogido la opción correcta, de todos modos, quisiese o no tendría que quedarme para completar mi tarea.

-Bienvenida a nuestra utopía, La Playa, pero primero, debes ver algo.- Hizo un gesto con la mano y dos hombres corrieron la pared a un lado, mostrando un panel con todas las cartas de la baraja de poker exceptuando los dos comodines, curioso. -Te contaré toda la verdad acerca de este mundo, solo hay una manera de acabar con esta pesadilla infernal, completar el juego y hacerse con todas las cartas de poker, pero solo una persona podrá regresar al mundo que conocimos.- Tengo varias preguntas, ¿como un hippie con pintas de acabar de salir de un centro de desintoxicación pudo averiguar eso? Y segundo, ¿en algún momento se quitará las gafas? -Por si te preguntas como lo supe, fue mediante una fuente muy fiable, incluso antes de que llegaras nosotros ya habíamos investigado a fondo todo esto querida.- Tenía que sonar confusa, así que hice lo que pude.

-Hay algo que no entiendo, ¿por qué no habéis conseguido ni una sola carta de figura?- La razón era obvia, pero como era una novata debía parecer una.

-Tenemos dos hipótesis, o no hay cartas de figura, o aun no han salido porque necesitamos reunir las otras primero.- Dijo Aguni.

-Por lo que sabemos, hemos entrado en otro país por accidente, por eso tenemos los visados, y si es un país tiene que haber una forma de salir, ¿no es así?- Sonrió levemente, si lo pensabas detenidamente desde cero y sin ningún tipo de información que te pueda ayudar si que tiene sentido.

-Por eso hemos creado una organización aquí.- Dijo la mujer del pelo estilo hime.

-Generamos electricidad gracias a los combustibles y reutilizamos el agua de lluvia.- Le siguió otra chica con pelo corto y gafas de sol.

-Y también hemos recogido las armas de fuego.- Tienes toda mi atención. -Aun que, solo a unos pocos elegidos se les permite usarlas.- Miré mal a Niragi, suertudo.

-Nuestro objetivo es aliarnos y reunir todas las cartas de poker.- Dijo mi otro objetivo, el hombre que tenía pinta de ser un intelectual.

-Y por último, debes saber que en esta utópica playa únicamente hay tres reglas, regla uno, es obligatorio llevar bañador ya que no puedes ocultar un arma ahí, aquí eres libre de beber, consumir drogas y hasta de tener sexo con quien quieras, no te cortes y vive la vida al máximo. -Eso último me había gustado, gracias por el dato mister. -Todos los cerrojos de las habitaciones están pegados así que nadie puede esconder nada.- Tremenda violación de la privacidad ugh. -Regla número dos, las cartas de poker que tengas o consigas le pertenecen a la playa, por eso te confisco la que ganaste, gracias. -Adelante majo no te cortes, ya de paso confíscame la cama y la puerta. -Regla número tres, y la última de ellas, a todos los traidores se les castigará con la muerte sean quienes sean, dicho esto, disfruta a tope de tu estancia en la playa.- Dijo sereno.

Estaba intentando procesar eso, mires por donde lo mires soy una traidora desde ya, y como una sola persona sospeche de mi morirá, o en el peor de los casos moriré yo, mierda, donde coño me metí, estaba por levantarme cuando el Sombrerero me paró.

-Por cierto, durante el juego tuviste una mentalidad, liderazgo y destreza inauditos, que fuiste antes de llegar aquí, ¿policía o yakuza?- Preguntó con cierto interés.

-Fui sargento militar.- Este señor tenía algo en mente, mi instinto femenino me lo decía, Aguni me miró de nuevo, pero de forma acusatoria, como si el hecho de revelar eso hubiera sido un error. No entiendo nada.

-Perfecto, serás paramilitar, debido a tu gran experiencia te daremos el permiso de tener un arma también, no te cortes, dinos cuál quieres.- Sonreí con suficiencia, ahora si que nos entendíamos, esto me gustaba.

-Una carabina HK416 y para defensa personal una Luger P08.- Dije con parsimonia, no pedí nada del otro mundo, ahora el que sonreía con suficiencia era gafitas.

-Dicho y hecho, te las dejaremos debajo de tu cama en una caja con candado, cuando esté ahí mandaré a un ejecutivo a darte la llave, no podemos arriesgarnos, por ahora ve con Ann a cambiarte, después de eso te reunirás con tu primo para hablar de lo que sea que tengáis que hablar, a poder ser, usad protección.- Y se fue, el cabrón se fue después de insinuar que cometería incesto. No me lo creo.

¿Y por qué no?

Ni de coña, prefiero tirarme a toda la playa, el es como un hermano dios no.

-¿Nos vamos por tu atuendo?- Dijo la chica de pelo corto y gafas de sol, así que ella era Ann, asentí y salí de la sala con ella, fuimos a una especie de vestidor con gran variedad de trajes de baño (probablemente robados), desde neopreno, bañadores, trikinis, bikinis... había de todo, era impresionante, pero yo soy demasiado simple, tomé un bikini negro y ya, sería lo más cómodo y a lo que más estaba acostumbrada, me lo puse tranquilamente y salí de ahí dejando a Ann atrás, un bikini y tenis, esa soy yo, creadora de tendencias en moda, ella vino a paso apurado hacia mi para guiarme hasta donde debía encontrarse Aguni, al dejarme allí se marchó y yo entré, estaban Niragi, Aguni y el calvo de la espadita, me senté en un sillón frente a una mesa de café, esos dos supongo que estaban vigilando.

-¿Qué haces aquí?- Escupió con rabia o decepción no sé.

-¿Qué? Como voy a saber yo eso por dios, ¿no se te ocurrió la genial idea de pensar que yo puedo estar preguntándome lo mismo?- Respondí algo molesta.

-No te hagas la tonta, pudiste no habernos seguido a la playa.- ¿Estaba delirando acaso?

-Es mi primer día aquí Aguni, si puedo juntarme con gente que conozco y además es experimentada pues lo hago, ¿y sabes por qué? Porque llevaba mucho tiempo preocupada por ti como para que ahora te comportes como un gilipollas, y porque no conozco como funciona esto, ir sin saber nada es como tirarme por un acantilado sin cuerda ni protección, ¿algo más que me vayas a reprochar?-

Eso, que se note quien manda.

Obsesión | Suguru NiragiWhere stories live. Discover now