8- 接吻

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Pareció entender ya que bajó la mirada, eso, arrodíllate y suplica piedad.

-Seina, perdona, es que no puedo procesar que hayas terminado en un lugar como este, en este mundo en si.- Corrigió, ya que creo que notó las miradas acusatorias de Niragi y el calvito tatuado.

-Mira que eres estúpido a veces.- Iba a levantarme para darle unas palmaditas pero el sonido de un arma recién cargada y la espada acariciando mi cuello, amenazando con cortarme la yugular me detuvieron. -Queridos Niragi y señor calvito, bajad los juguetitos ahora mismo o me encargaré yo misma de quitároslos.- Sonreí con cinismo, si fuesen la katana y un arma corta como una pistola no podría actuar tan valientemente, pero Niragi cometió el error de apuntar a quemarropa, pobre ingenuo, podría quitarles sus armas en menos de lo que el dice "puta".

El calvito tenía un atisbo de duda en su mirada, así me gusta, le había arrebatado su querida katana hace no mucho y lo volvería a hacer si fuese necesario, no tenía mucha pinta de que eso le hiciese gracia, en cambio Niragi no sé si era estúpido o le gustaba demasiado arriesgarse sin motivo porque se tomó lo de bajar el arma muy literalmente y ahora la tenía en mi trasero, no me tomaba enserio, y eso me enfadaba mucho, miré a Aguni sonriendo falsamente, el ya sabía lo que se venía.

-Bajad las armas, ahora.- Niragi y el calvito alejaron sus armas de mi persona, pero, creo que el segundo se creyó que era mas listo y me dejó un corte superficial en el cuello, lo toqué para verificar que era cierto, tenía una pequeña cantidad de sangre en mis dedos ahora mismo, carcajeé durante unos segundos. -¡Niragi agárrala!- Gritó mi primo.

Aguni estaba demasiado lejos como para actuar con tiempo y resulta que Niragi no, pero tardó en procesarlo, así que cuando me agarró del brazo para alejarme yo ya tenía una mano en el rostro del calvo, lo acababa de estampar contra la pared, mi primo no tardó en separarme de ellos.

-¿Jefe que coño le pasa a la puta esta? Literalmente acaba de dejar K.O a Samura.- Dijo Niragi con... confusión? Aguni cargó al calvito con nombre de cuchillo como un saco de patatas y simplemente le dijo que me vigilase, yo ni siquiera me di cuenta de que Niragi me llamaba ya que estaba muy ocupada acariciando mi corte mientras fantaseaba en voz baja. -Mira cerda masoquista vas a hacerme caso por las buenas o las malas.-

Apuntó de nuevo a quemarropa en mi espina dorsal, ahí si me di cuenta, agarré su mano y la subí hasta que el cañón me tocó la frente, ahora mismo tenía un subidón así que no era muy consciente de mis actos, con mi otra mano le tomé por el mentón para que me mirase a los ojos, sonreí ligeramente y me mordí el labio.

-Adelante dispara, se que te mueres de ganas de volarme los sesos y ver como caen por todas partes.- No tengo ni idea de si el estaba embelesado o demasiado confuso, porque lo único que hizo fue mirarme a los ojos, puede que buscando la lógica tras mis actos, el subidón ya se estaba pasando pero, era guapo, y como bien sabía, había que probar la mercancía antes de usarla, agarré su arma para tirarla lejos y acariciarle la mejilla, se cuidaba la piel, veamos como era comerse al número uno de tu primo.

No se si fue por puro instinto o porque se aburría, pero sé lanzó sobre mi como si el fuese una bestia y yo su comida, movíamos los labios al compás y nuestras lenguas danzaban como si estuviesen en un vals, su mano izquierda se posó en mi cintura mientras que la otra apretaba la nalga en la que anteriormente me apuntó, besaba bien, pero de todas formas no pasó mucho tiempo hasta que Aguni entró a la sala y se aclaró la garganta, era hora de ponerse serios, aparté a Niragi el cual no le había hecho ni caso a su jefe y me senté en la mesa mientras con una servilleta que había para los postres que había en ella yo me limpiaba los labios.

-Seina, tienes que dejar la costumbre de "hacer tuyos" a todos los hombres que te encuentras.- Dijo con cansancio, su reacción fue de todo menos divertida, yo le miré con sorna. Niragi soltó algo en bajo que Aguni no escuchó, pero yo si, "Al parecer si que es una perra eh?"

-Os equivocáis queridos, no son todos, solo aquellos que me interesa que estén de mi lado en un futuro, ya sabes Aguni, por si algo ocurriese de nuevo, después de todo, gracias a eso te salvé el culo unas cuantas veces.- Tomé un cupcake y le pegué un mordisco. -Siempre es bueno tener aliados, tu los consigues a la fuerza y yo los consigo con métodos igual de poco ortodoxos, no somos diferentes.- El se tensó de nuevo. -Crees que sería útil ir a por el Sombrerero?- No pensaba ir por Gafitas pero me hacía gracia ver como Aguni se tensaba ante esas cosas, Niragi hizo una mueca de asco, probablemente juzgándome.

Le doy toda la razón.

Levanté las manos en forma de rendición y solté una carcajada, poco después entró a la sala un chico de cabello muy claro y con una sudadera blanca, no era precisamente alto pero era bastante guapo, Niragi le miró con asco, ¿tan mala persona era?

-Supongo que tu debes ser Seina, ven te llevaré a tu cuarto.- Dijo con parsimonia, supongo que este es el ejecutivo que dijo el Sombrerero, fui con el, Niragi no se cortaba un pelo con las maldiciones que lanzaba, hasta que al salir dejamos de escucharle.

-¿Por qué viniste a la Playa? Si se puede saber.- No me miró, pero yo a él sí. -¿Ansías una utopía o volver a casa?- Preguntó mientras nos parábamos frente a una puerta.

-Vine para ver a alguien, y no, ni busco una utopía ni quiero volver.- Extendí mi mano para que me diese la llave, iba a invitarlo a entrar pero como todo el mundo en este sitio, desapareció en un parpadeo.

Tienes que aprender a hacer eso.

Obsesión | Suguru NiragiWhere stories live. Discover now