El Rey de los Titanes

Capítulo 17: La batalla de Trost -Séptima parte-

"Líder"

Poco después de que aquella figura saliera de la nube de humo. Del otro lado, sin tener idea de lo que pasaba al frente, se encontraban los otros tres jóvenes amigos del Uzumaki.

Mikasa se mantenía arrodillada en el suelo, teniendo la vista perdida hacia el frente, digiriendo todo lo que ocurrió antes. A su lado, estaba Armin pensando en aquellos que provocó los gritos de antes. No fue algo normal, además de no saber que fue lo que lo pudo ocasionar. Pero si tenía algo de miedo al respecto

Pero por otro lado, Eren perdió sus ojos en aquel tono rojo del humo, mientras que su mente comenzó a dolerle en ese instante. Recuerdos comenzaron a correr en su mente, con la imagen de aquella llave que su padre le había dado una vez hace tiempo, para después mostrarle los momentos en los que pasó siendo un titán. 

Entonces era cierto. Ahora está convencido de ello. A pesar de que no era normal, con ese poder era capaz de aplastar a los demás.

Con todo eso en mente, tenía una nueva meta, y era llegar hasta su hogar en Shiganshina, para así poder bajar hasta el sótano de su padre. Ahí obtendría respuestas, luego de recordar lo último que le dijo hace ya tiempo, antes de la aparición del titán colosal. Solo en ese lugar se sacarían sus dudas al respecto.

-Armin.- El castaño Jaeger llamó a su pensativo amigo rubio. Al voltear hacia él, se encontró con la mirada seria del castaño. -Necesito que tu decidas lo que tengamos que hacer.-

El joven Arlert se exaltó ante eso, mientras que Mikasa volteaba confundida hacia su "hermano". 

-¿Q-que quieres decir, Eren?- Preguntó el pequeño rubio sin comprender a que se refería el castaño.

-Ahora comprendo que en verdad tengo..."Poderes titanes"...-Hizo una pausa, sin saber cómo llamarle a eso, mientras que Armin y Mikasa no se esperaron que Eren lo aceptara tan rápido. -Es por eso que debo salir de aquí y trepar la muralla, después de convertirme en titán.-

-¿Puedes hacerlo?- Preguntó un sorprendido Armin, mientras que Mikasa se mantenía seria, oyendo al castaño.

-No lo se. Aún no se como lo hice la primera vez.- Respondió Eren, viéndose aquel brazo que había "perdido" antes, pero que ahora lo tenía de vuelta. -Aun así, creo que puedo hacerlo de vuelta.- Apretó el puño, recordando cuando estuvo en el estómago del titán, alzando el muñón, luego de perderlo.

-¿Y a dónde irás?- Preguntó de vuelta Armin, de la misma manera que antes, ahora con algo de curiosidad. Al mismo tiempo que los tres voltearon al oír como Kitz gritaba del otro lado de la pared de humo.

-Al sótano de mi padre- Mikasa abrió los ojos con sorpresa al oirlo. ¿En verdad tenía planeado regresar a casa? Antes de protestar contra su "hermano", Eren volvió a tomar la palabra. -Pero hay una segunda opción.- 

Con eso, hizo que los dos se mantuvieran en silencio, esperando a que el castaño continuase. 

-Armin... ¿crees poder convencer a las tropas Estacionarias de que no soy una amenaza?-

-¿Qué...?- Apenas pudo modular, luego de oír eso, abriendo bastante los ojos en el proceso.

-Esa es la segunda opción que tengo.- Dijo el castaño, demostrando que estaba completamente serio en este instante. Armin lo podía ver claramente. -Si crees poder hacerlo, confiaré en ti. Pero si no... haré lo que dije antes.-

-Eren, no puedes hacerlo.- Mikasa intervino, llamando la atención de su "Hermano". -Es demasiado peligroso.- 

La joven Ackerman intentaba convencerlo, provocando que este frunciera el ceño, como de costumbre.