El Rey de los Titanes

Capítulo 13: La batalla de Trost -Tercera parte-

"Cobardes"

El tiempo paso, y Mikasa había estado abrazada a Naruto, desahogándose y sollozando por un buen rato. Para ella parecieron horas, pero en realidad no fueron más varios minutos. Lentamente el dolor pasaba, y él no la había soltado en ningún momento, acariciando suavemente la parte superior de su espalda para que se calmara.

Así siguieron hasta que por fin hubo silencio. Mikasa ya estaba más tranquila, sin moverse de su lugar, completamente quieta. Fue por eso que Naruto se inclinó un poco hacia atrás, mientras que ella imitaba su acción, aun sin soltarlo. Al poder verla bien, su mirada estaba perdida en la nada, notando también que sus ojos estaban rojos y bastante hinchados, teniendo un rostro completamente cansado que expresaba dolor.

Naruto dio una pequeña y triste sonrisa, al ver que pro lo menos ya estaba algo mejor que antes. Fue entonces que comenzó a limpiarle pequeñas lágrimas que aún brotaban de sus ojos, deslizándose por sus mejillas. Al sentir el contacto de los pulgares rozando su piel, Mikasa salió de su aturdimiento, levantando rápidamente su vista hacia arriba.

Los ojos de Naruto se suavizaron al hacer contacto con los de Mikasa, mientras le regalaba una cálida y ligera sonrisa para que supiera que estaba allí. Ella trató de responderle, forzando una también, sin tener mucho resultado. Así volvió a enterrar su cabeza en su pecho, queriendo quedarse así un poco más, sintiendo que en ese lugar estaba más segura. Que todo lo que pasó, jamás ocurrió. Y que el resto se encontraba bien.

-No me gusta verte así.- Naruto le susurró en un tono suave y tranquilo, acariciando su rostro contra el cabello azabache de ella. Mikasa simplemente apretó aún más su agarre contra él, sin decir nada. Esa acción demostró mucho para el Namikaze.

Sin duda odio verla así, oyéndola sollozar en su hombro. Era algo que jamás querría ver de nuevo, y haría lo que fuera para evitarlo. Ahora habían cosas mas importantes, y estaba pensando en que podría decirle con tal de aliviarla. Quería hacerlo. No sabía porqué, pero quería hacerlo. No sería fácil, pero de todos modos algo se le ocurrió en ese instante.

-¿Alguna vez te he dicho lo bien que huele tu cabello?-

¿En verdad dijo eso? Pues si... si lo dijo. No importaba el momento que fuera, Naruto siempre buscaba la manera de hacer sentir mejor a cualquiera. Y ciertamente Mikasa no se esperó eso, apenas gimió en respuesta, ocultando una diminuta sonrisa, manteniendo su rostro en su pecho.

-¿Mejor?- Naruto le volvió a preguntar tranquilamente, sabiendo que eso pareció funcionar, luego de sentirla, y oírla. Fue ahí que ella comenzó separarse lentamente su cabeza de su pecho, haciendo un ligero asentimiento.

-Si... no es momento para ponernos sentimentales.-Naruto abrió los ojos un poco más de lo normal ante eso. No solo le sorprendió lo que dijo, sino también la forma en la que lo dijo. Pensaba igual que ella, pero no se esperó que volviera a ser la misma Mikasa de siempre tan pronto. Su rostro tenía la misma expresión neutra de todos los días, su voz sonaba plana, tal y como la recordaba, pero la diferencia estaba en que sus ojos seguían hinchados, con caminos de lágrimas secos en su rostro.

Al pasar unos segundos viéndola algo sorprendido, su cabeza se inclinó un poco hacia abajo dando una pequeña sonrisa, mientras negaba con la misma. Si que quería demostrar que era fuerte. No importaba la situación que fuera, al final ella sabía cómo actuar en todo momento. Simplemente necesitaba desahogarse un poco. Pero el que actuara de esa manera le preocupaba al Namikaze, temiendo lo que sea que esté ocurriendo dentro de su cabeza.

-Bien... espérame aquí.- Ella asintió con algo de confusión, liberando al rubio de su agarre, solamente para verlo dirigirse hasta el borde del edificio en el que se encontraban. Eso llamó la atención de los demás reclutas que se habían separado por un momento, dejándoles espacio a la joven Ackerman luego de lo ocurrido.