¡Como han caído!

83 9 1
                                    

HOPE

Mis planes no parecían salir siempre como yo quería pues a pesar de que logre que nadie le mencionar a Jace mi retorno a Nueva York, fue inevitable que que el rubio notara mi parecencia estando justo frente a mi. 

Alec había intentado advertirme con varia señas pero fue demasiado tarde cuando comprendí lo que quería decir. Jace solo se había limitado a mirarme, sin dirigirme palabra alguna y al notar que yo tampoco tenia intención de decir nada simplemente se marcho a la habitación que Magnus le había "asignado" 

Le había preguntado a Alec por la presencia de Jace pero el pelinegro estaba tan desconcertado como yo. Cuando Alec se fue Magnus me mantuvo despierta hablándome sobre lo esplendida que había resultado su cita, hablo sobre como aunque habían mantenido una relación todo el tiempo que Jace había estado desaparecido Alec siempre había parecido estar a medias y ahora que según el brujo las cosas parecían tener un rumbo todo marchaba bien.

Escuche a Magnus durante un buen tiempo pero al final me quede dormida. Cuando desperté seguía en el mismo sofá donde la noche anterior había escuchado al brujo.  

-Al fin despiertas cielito- dijo Magnus apenas me incorpore en sofá -Me parece muy descortés de tu parte que te quedaras dormida a mitad de nuestra charla.

-Magnus- dije -hablaste por horas sobre Alec.

-¿Qué puedo decir? ese shadowhunter es sorprendente

-Lo sé, lo conozco desde hace casi 6 años- Magnus se me acerco con un taza de café caliente  y me la ofreció -Gracias- dije tomadora - ¿Y Jace?

-No lo sé, cuando desperté el ya no estaba aquí- simplemente asentí con la cabeza. El brujo se sentó junto a mi -¿Qué harás hoy galletita?

-Envié un mensaje de fuego a Aldertree anoche, espero que me deje entrar al instituto hoy y mientras supongo que hare mi gira de despedida. y hablando de eso ¿no tendrás algo de lapislázuli por aquí o si?

-¿lapislázuli? si sabes que la clave prohíbe los anillos diurnos ¿verdad?

-Tranquilo, no pienso declarar la guerra a la clave, al menos no hoy.

Magnus me miro fijamente dudando pero al final suspiro y señalo hacia lo que parecía ser su oficina. 

-Toma lo que necesites

-¿No estarás aquí?

-No, de hecho ya me voy. - se levanto rápidamente del sofá y tomo un abrigo -Llevare a Alexander a un par de lugares

-¿En el país?

-Por supuesto que no, hay todo un mundo que ver dulzura.- Magnus abrió un portal 

-Espera, yo, no había podido darte las gracias, por todo lo que has hecho por mi y por mi familia, de no ser por tu ayuda, ninguno podría estar bajo el mismo techo.- Magnus solo sonrió y cruzo el portal. 

Tome mi teléfono y marque el numero de mi madre, ella contesto apenas sonó el segundo tono. 

-Hola mamá- camine hasta el estudio de Magnus, había un todo tipo de objetos en esa habitación, frascos repletos de hierbas, libros, y un par de cosas que enserio no quería saber que eran.

-Hola cariño. ¿Ya vienes?

-No, escribe a Aldertree anoche, pero aun no recibo respuesta

-Creo que el solo quiere fastidarte

-Yo tambien lo creo- Escucha el ruido de fondo, las voces de algunas personas, traste y musica -¿estas en Russos?

-Si, Vincent esta en modo alerte, el regreso de la familia lo tiene un poco paranoico.

Legados de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora