Dear Justin #6 | Jelena

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Deje el control de la consola en la mesa de centro y recargue mi cuello en el sofá, esto de tener vacaciones era raro, no jugar hockey por dos meses después de jugar tres veces a la semana por nueve meses era un alivio, no me malinterpreten extrañaba mucho el juego, los fans, el hielo y el sabor de la victoria pero tener este tiempo con Selena y mi hijo era increíble, más ahora que estábamos intentando tener otro bebé.

Sin embargo en estemos momentos, aquí en el sofá, con solo unos bóxers puestos, jugando videojuegos y comiendo comida chatarra se sentían increíbles, aunque no podía esperar a que Selena y Jay Jay llegaran.

Algunas semanas han pasado desde que tomamos esa decision y aunque era un poco desesperado y pensaba que Selena ya iba a estar embarazada, ella me aseguró que esto no era a la primera y qué tal vez tomaría algunos meses pero que estaría bien y todo era normal.

Aunque con nuestro dudoso récord de procrear a un bebé tan exacto dudo que se tarde meses como ella lo dice.

Hoy el día estaba tranquilo pero solitario, Selena estaba trabajando y aun después de rogarle y tratar de convencerla que no necesitaba trabajar y podía hacer alguna otra cosa ella solo me dio el avión y me aseguró que ella era feliz en su trabajo y estaba bien, si ella está contenta yo también.

Y sobre Jay Jay, mi pequeño estaba en sus cursos de verano en los que Selena y yo habíamos decidido meter, mi hijo es un niño lleno de energía que pensamos que le podría venir muy bien que hiciera muchas actividades e hiciera amigos en el club deportivo.

No entiendo como es posible tenerle un amor intenso a una persona pequeña como Jay Jay, pero cada que ríe, que corre, que patina, que me dice "papá", que me abraza y me dice "te quiero", siento que mi corazón se va a derretir.

He aprendido a dejar de lamentarme no haber estado en sus primeros años de vida, ver a Selena embarazada y tener a un bebé en mis brazos, mejor me ponía a disfrutar a mi hijo ahora.

Además eso vendrá pasará pronto de nuevo.

Ding Dong

Fruncí el ceño al escuchar el timbre, primeramente Selena tenía llaves y contraseñas para entrar y otras personas simplemente no se saben la clave para entrar al edificio y mucho menos poder tocar el timbre de mi apartamento, por eso lo encontraba extraño.

Abrí la puerta y antes de que pudiera reaccionar dos brazos se enredaron en mi cuello. "Buongiorno amore mio, come va?" La rubia llena de energía dio varios besos en mi mejilla.

Soltándome estiro una de sus piernas para quitar uno de esos altos tacones que tenía puestos, descalza se paseó por apartamento como si fuera el suyo y se recostó en el sofá donde estaba hace unos momentos.

Sofia Berlusconi.

Conocí a Sofía en un evento en los Hampton's hace un año, era guapa, linda y dispuesta a pasar un buen rato conmigo sin un compromiso de por medio. Después de salir varias veces me di cuenta lo genial que era, fácil de hablar y muy graciosa que se volvió difícil verla como algo más allá de una amiga. Era difícil verla atractiva cuando pensaba de ella como una hermana.

Ella viaja muchísimo por su trabajo (no me pregunten qué hace porque ni yo tengo idea) y yo me enfoque tanto en el hockey y después en Selena que me olvide de todo lo demás y perdimos algo de comunicación.

"Ohhh estoy tan cansada, Justin ven y dame un masaje" dijo suspirando.

"¿Dónde están tus modales? " suspiré. Estaba feliz por verla pero también estaba disfrutando mi momento a solas y no pensaba tener visitas.

"Ahhh, por cierto, vi tus fotos en Instagram" lanzó un gritillo "¿por qué nunca me dijiste que tenías un hijo?" me golpeó con su pie.

"Yo tampoco lo sabía, pero es una larga historia que no tengo las ganas de contar" cerré mis ojos un momento, si podría tomar una siesta en este momento lo haría.

"Selena es caliente" dijo unos momentos viendo algo algo en su celular.

"Ella es preciosa" murmure sin evitar que una sonrisa se formara en mi rostro.

"Awww mi amigo está enamorado" dijo de forma burlesca.

"Siempre lo he estado de ella" me levante del sofá decidido a ir al cuarto y ponerme algo decente de ropa. "Voy a ir a cambiarme" le avisé a Sofía.

"Uy uy, espera" también ella se levantó del sofá y comenzó a quitarse su vestido. "Tráeme algo de ropa ¿no? Este vestido me está matando".

No era raro que Sofía se estuviera desnudando, cualquier oportunidad que tenía se quitaba toda la ropa.

"Sofía, no te desnudes aquí como si nada" la regañe.

De todos modos, podría estar en un cuarto lleno de mujeres desnudas y mi mirada siempre estaría en Selena.

"Perdón perdón" parecía que todo lo que le decía le entraba por un oído y le salí a otro. Cuando vi que se quitó el sostén me voltee y fui directamente al cuarto.

"Te traeré algo de ropa de Selena, estoy seguro que te quedará bien". Cuando estaba apunto de avanzar de nuevo con dirección al pasillo los dos escuchamos la puerta abrirse.

Selena y Jay Jay feliz entraron al departamento sin percatarse de la visita.

Cuando Selena subió la mirada y vio a Sofía en medio de nuestra sala su sonrisa se borró. Ahí fue cuando me di cuenta de la gravedad del asunto. Yo me encontraba con puros bóxers y Sofía estaba casi desnuda y acostada en el sofá.

"¿Quién es ella papi?" Jay Jay pregunto con dulce voz curiosa.

Selena frunció el ceño y observaba a Sofia, comenzaba a notar que en su cabeza se empezaban a formar ideas que no eran verdad porque no estaba sucediendo nada pero la situación se veía horrible desde su punto de vista.

Su labio comenzó a temblar y rápido ante mis ojos tomó a Jay Jay y salió corriendo del apartamento.

"¡Selena! No es lo que tú piensas por favor". Odiaba como se veía todo esto desde su punto de vista por eso tenía que explicarle, antes de que todo se hiciera más grande. Me dolió la manera en que tomo a nuestro hijo y se fue, pero me avergüenza más el hecho de que me hayan visto con una mujer semidesnuda, aunque sea todo lo contrario a lo que se imagina.

Antes de que pudiera reacciones ya estaban al final del pasillo, tomé una sudadera rápido y salí corriendo atrás de ellos. El elevador ya había cerrado cuando llegue ahí así que sin pensarlo, descalzo y en bóxers baje rápido las escaleras.

Mi corazón se rompió cuando los vi subir a un taxi, sin siquiera mirar atrás.

"Selena..." susurré al alcanzar a ver el reflejo de su cara devastada.