¿ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ɴᴏʙʟᴇ?

XX

Los tres habían llegado a la casa en busca de respuestas, lo que preocupaba era no sentir la energía de Elen a los alrededores, es como si hubiese desaparecido de la fas de la tierra.

Frankenstein, abrió la puerta con rapidez y vio que Seira y Rael estaban parados, sin decir nada o moverse.

—¿Que ha sucedido? ¿Dónde está Eva? ¿Que quería Gejutel?— Nadie dijo nada, Seira no era capaz de decir algo, pero quién tomó las cuerdas fue Rael.

—Gejutel vino aquí para buscarlo a el.

Señaló a Raizel con una mirada sombría.

—Al no encontrar a nadie prefirió esperar a que todos llegarán de la secundaria, pero el saco charla respecto a lo de la decisión de Raizel-Sama; no estuvo nada de acuerdo y se metió con la chica, ella se defendió y trato de sonar educada, pero el optó por meter la tradición de los nobles y bueno, logro ofenderla, fue muy duro, la insulto por ser una mortal, por tener a ese tal Elen con ella, por estar con ustedes.

Rael fue interrumpido por Seira.

—La trato como su fuese basura, ella de repente se durmió y la criatura tomo el control. Dijo muchas cosas, reto a Gejutel-San con insultos, soltó secretos de Lukedonia, incluso admitió libremente que el fue el autor de las matanzas a muchos de los nuestros; nosotros no podemos hacer nada, no podíamos meternos, si lo hacíamos nos castigarían. Lo lamentamos.

Nadie dijo nada después de aquello, todo se quedó en un silencio incómodo incluso, la tensión era pensada, hasta que Rael volvió a hablar.

—¿Que tanto se necesita para romperle el espíritu a una persona? El bicho ese confesó que Gejutel-San le rompió el espíritu, que ella es muy sensible, y posiblemente no volvería a despertar por un tiempo, luego nos advirtió de que la Era Oscura gobernaría Lukedonia, no dudo en que el arme una guerra por esto, quizá lo haga también por asuntos personales.

La mirada de Raizel estaba cubierta por largos cabellos negros, incluso su aura se notaba peligrosa, estaba furioso, furioso con la gente de Lukedonia, por no obedecer lo que el pidió, ahora había perdido a quien tanto quería, a Eva, a esa chica que sacó sus sentimientos de aquel corazón que todo esté tiempo estuvo oculto de cualquier cosa.
Frankenstein volteo y vio a su maestro,sus ojos azules se abrieron de golpe al ver bajar una lágrima de sangre por su mejilla derecha, estaba llorando, le desesperaba no poder comunicarse con ella mentalmente o poder leer su pensamiento para poder saber dónde estaba.

—M-Maestro.— Tartamudeo —no se preocupe, encontraremos a Eva pronto.

El peli negro no dijo nada al respecto, era la primera vez que todos lo veían llorar, incluso si se trataba de una mujer, ahora Frankenstein se daba cuenta de lo importante que era ella para su amo.