Cadis Etrama Di Raizel (Rai) y tu.
Eva Ramírez, una joven de Estados Unidos, viaja a Corea del Sur por temas de estudio, digamos que tuvo problemas en su antigua universidad debido al bullying que sufría por parte de sus compañeros. Sus padres pensa...
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Narrador:
Los ojos de Eva se abrieron de golpe al oír un trueno, ahora que observaba a su alrededor, al parecer ya había amanecido, el viento estaba más tranquilo y la lluvia más suave. Giró su cabeza y miró al noble dormir tranquilamente,¿Cómo mo hacia para ser tan bello incluso durmiendo? Jamás lo descubriría. Incluso notó que seguía abrazada a él, su rostro se sintió levemente caliente.
"Pareces tonta."
Comentó Elen con burla, Eva frunció el ceño y se dio la vuelta para agarrar su celular y ver la hora, lo encendió y sus ojos se abrieron de golpe, ¡¿La una y media pasada?! Durmió toda la mañana. Se sentó y se estiró para luego voltear y verlo dormir, sería estúpido ir ahora a la secundaria porque ya tenía la falta del día al igual que su compañero de cuarto.
Sin moverse mucho se levantó de la cama y cubrió bien al noble, lo dejaría dormir un rato más, igual el solo se levantaría. Fue al armario y sacó ropa de allí, tenía que ir a comparar comida y de paso llamar a Frankenstein para avisarle a el que Raizel estaba con ella. Se metió al baño e hizo sus necesidades, al rato salió lista del baño y se fue al mueble donde reposaban todas sus cosas personales. Se sentó en la silla se madera blanca y agarró el cepillo para el cabello y comenzó a desenredar su cabello rubio, se haría su clásico peinado, la coleta alta sostenida con el listón azul cielo.
Al terminar se paró de la silla y acomodo su ropa, por alguna razón estaba feliz, gran parte de ella era por tener a Rai cerca y la otra por...ni siquiera sabía el porqué. Agarró su celular y se acercó al noble; sin pensarlo mucho le dio un suave beso en la cabeza, se alejó con rapidez y salió del cuarto, dejando al peli negro solo.
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...
La rubia caminaba tranquilamente por las vacías calles de Corea, con la mano izquierda sujetaba un paraguas negro y con la otra su celular, estaba marcando el número de Frankenstein para decirle todo.
