MI FLOR

🌹•IX○Capítulo Nueve

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Un nuevo día se asomaba desde un lugar desconocido. Escuché repicar una alarma, pero era un sonido extraño al mío, me sentía muy cómoda en el lugar donde estaba para abrir los ojos o inclusive moverme. Cuando el sonido se volvió bastante ensordecedor, me vi obligada a abrir los ojos para caer en cuenta que era de día y no estaba en mi hogar.

Rápidamente caí en mi locura, en mi realidad, revisé mis últimos recuerdos y comprendí donde estaba.

Estaba en el dulce hogar de mi apuesto novio, el cual dormía plácidamente a mi lado, quien lucía un pantalón elástico de chándal y un torso descubierto delgado, pero no muy atlético. Sus ojos negros cargados de ilusión, me miraban expectantes y sus manos viajaron por mi sábana para removerla con delicadeza.

¡No puede ser! Estaba vestida con una camisa larga blanca básica. ¿Dónde estaba mi ropa?

-¡Buenos días, amorcito lindo!-Interrogué.

-Percibo que estarás pensando dónde guardé tu ropa ¿no? Pues, está en mi closet, nena. –Admitió y rió

-¿Dónde dejaste los buenos modales, señor D'Angelo?- Pregunté.

-Quería que estuvieses cómoda. –Explicó. –No pasó nada entre nosotros, tú estabas muy cansada, sé que eso es lo que te interesa saber. –Respondió mi duda.

-¿Qué pasó realmente?-Ahondé.

-Te quedaste dormida en la hamaca cuando terminamos de cenar. Te cargué en brazos hasta mi cama, me derretí viéndote tan hermosa y te desnudé con toda la vergüenza del mundo, pero eras todo un angelito y decidí vestirte con una camisa cómoda. -Explicó. Nos reímos para aliviar el ambiente.

-Tengo obligaciones editoriales este día.- Aclaré.

-Entiendo, princesa. ¡Vamos a comenzar el día!-Susurró. Me sacó de la cama y me cargó como un saco de patatas, sin ningún tipo de esfuerzo. Intenté zafarme de su agarre, pero no pude, definitivamente era más fuerte. Me depositó en el retrete.

-¿Puedo usar tu cepillo dental?-Pregunté con vergüenza. Por primera vez, lo vi morderse el labio inferior, nervioso.

-Tengo uno nuevo, espera, cielo. –Manifestó. Sacó de un estante un cepillo dental nuevo y me lo obsequió.

Abandonó el baño, dejándome tranquila. Aproveché de tomar una ducha fresca, salí envuelta en toallas y una bata de baño a la habitación de Maximiliano, me sentí llena de alegría y satisfacción, olía a él y era exquisito.

Cuando estuve en la habitación de Maximiliano, me sentí avergonzada porque no tenía ropa limpia.

-Vaya, pero si tenemos a la novia más sexy del mundo...-Pensé.

-Ten estas prendas... -Obsequió.-Te llevaré a tu casa a cambiarte y después a la entrevista. –Acotó.

Maximiliano llevaba solo una toalla lila en su cintura. Me dejó a solas nuevamente con una bolsa en sus manos, él entró al baño y se escuchó la ducha abrirse. Era cautivador estar con él en un habitación así, pero todavía no era el momento. Abrí la bolsa, encontrando un conjunto deportivo Adidas de camisa manga larga azul oscura y un pantalón elástico con el mismo diseño, busqué mis zapatillas, las encontré, me las calcé y bajé a la sala.