La guerra de Lan Yuan

Capítulo 4

Jiang Yanli se sorprende de que la llamen a la tienda del Segundo Joven Maestro Lan tan pronto como llega a la entrada, pero se sorprende aún más una vez que está dentro.

El segundo joven maestro Lan se arrodilla en el suelo, con una mano en el hombro de un pequeño y el dorso de la otra presionado en la frente del niño. Ella ha visto a este extraño amigo de A-Xian lo suficiente como para estar familiarizado con su expresión inescrutable, pero ahora tiene el ceño ligeramente fruncido y parece que quiere morderse el labio. El chico está sollozando.

Jiang Yanli se acerca a la pareja y se arrodilla junto a ellos, deja la canasta que lleva y se encuentra con los ojos del Segundo Maestro Lan. Estos se ensanchan, solo un poco, y su mirada pasa de ella hacia la entrada y viceversa como si no estuviera seguro de cómo ha aparecido.

"Maiden Jiang", dice, y parece quedarse sin palabras.

Otro sollozo del chico redirige su atención. El cuidado y la preocupación con que acaricia el cabello del niño tira de algo en el corazón de Jiang Yanli. Este es un buen hombre, no importa cómo haya llegado a existir este chico, y la gente no debería hablar de él a sus espaldas.

"¿Esperaba a alguien más, segundo joven maestro Lan? '', pregunta. Cuando él la mira y vuelve al chico sin hablar, ella asume que eso significa que sí, pero hay asuntos más urgentes. "Tengo algo de experiencia con niños. ¿Puedo ser de ayuda?"

"No deja de llorar. No sé lo que está mal."

Está casi segura de que hay un "No sé qué he hecho mal" tácito ahí. Nunca ha pensado en cómo este hombre se las arreglaría con la paternidad, pero cree que esa no habría sido su expectativa, esta silenciosa desesperación y esta preocupación constante.

"D-d-duele", dice el niño, sus pequeños labios temblando.

"¿Dónde te duele, A-Yuan?" El Segundo Joven Maestro Lan levanta la mano de la cabeza del niño y toca ligeramente su brazo, su pecho, su vientre, preguntando de nuevo dónde le duele.

El niño simplemente niega con la cabeza y repite una palabra.

"¿A-Yuan?", Pregunta Jiang Yanli, inclinándose lo suficiente para ponerse en la línea de visión del niño y ofreciendo la sonrisa que mantiene para los niños pequeños asustados y enfadados que necesitan consuelo. "Trabajo como sanadora. ¿Está bien si te reviso? "

No espera que un niño tan pequeño asimile todo lo que dice, pero siempre ha creído que es bueno hablar incluso con los más pequeños con respeto y amabilidad.

El niño la mira, se frota los ojos con el puño y asiente, y ella hace retroceder al Segundo Joven Maestro Lan para asegurarse de que A-Yuan no esté realmente herido. Como era de esperar, no hay signos obvios de lesión o enfermedad, no hay temperatura o vientre hinchado o hematomas o cualquiera de las otras cosas que podría encontrar.

"¿Son tus sentimientos los que duelen, A-Yuan?", pregunta.

A-Cheng era así a veces, cuando sus emociones eran demasiado grandes para su pequeño cuerpo y gritaba y lloraba porque tenía que salir de alguna manera. Si los rumores son ciertos, este niño ha perdido a su madre y ha sido llevado de repente a un lugar extraño. Las emociones fuertes no son sorprendente.

Él asiente con la cabeza y el Segundo Joven Maestro Lan cierra los ojos, echando la cabeza hacia atrás y tomando aire con los labios apenas abiertos. A-Yuan claramente no es el único que tiene problemas para procesar sus sentimientos. Que Lan Wangji esté mostrando cualquier sentimiento es impactante. Ella debe mantener su atención en el niño.

A-Yuan se dobla en el abrazo que ella le ofrece con una facilidad desgarradora, olisqueando la tela de su vestido y estrujando algo de tejido en sus manos. Ella hace sonidos tranquilizadores y le frota la espalda hasta que sus lágrimas se detienen, notando la forma en que el Segundo Joven Maestro Lan la mira como si necesitara estudiar todo para más tarde.