Capítulo 2

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"Aceptando una reunión con el diablo"

Yuji regresó a su departamento luego de comprar un paquete de fideos y un rollo de carne.

El paraguas agujereado le mojó una gran parte del pelo, pero al menos evitó que llegara empapado. Al entrar en su pequeño espacio, arrojó el paraguas a un lado y se apresuró a la cocina. Le había estado rugiendo las tripas por el hambre. No había podido comer desde ayer.

La paga diaria como cargador se había reducido debido a los rumores de los problemas que tenía con la ley, por eso solamente tenía para darse el lujo de comer fideos. Las condiciones de su vida no eran buenas, y lo sabía muy bien, pero esta era una vida que le convenía mucho. Le parecía más adecuado vivir así que pretender ser una persona que no era. Antes nunca pudo decir nada a Sukuna por temor a ganarse su rechazo, y ahora mismo poco le importaba ser marginado por su hermano. Vivía bien, aunque pobre, y eso nunca cambiaría.

Dentro de todo, su situación tampoco era tan mala. A veces no le alcanzaba el dinero para comer porque debía gastarlo en productos de limpieza, no obstante, lidiar con su hambre era mucho mejor que esperar que su pequeño hogar se convirtiera en una pocilga. No le daría el lujo a Sukuna de burlarse de él.

Después de comer unos fideos con salsa de carne y lavar los pocos trastes, agarró la tarjeta de presentación que había guardado en el bolsillo de la chamarra y la escudriñó. Yuji nunca aceptó algo que llegara a él como un caso repentino de suerte, la mayoría de las veces tendió a ignorar a personas que iban a él y le entregaban ese tipo de tarjetas con intenciones sugerentes. Sin embargo, a esta tarjeta en particular no pudo tirarla. Sintió que estaría perdiendo una gran oportunidad si lo hacía.

Sentándose en el piso, sobre la alfombra que Megumi le regaló con la excusa de que ya no la quería, encendió su pequeño celular de mano y agregó el número en sus contactos.

No supo qué hacer a continuación. Sin embargo, ¿por qué dudaba? Claramente tenía que rechazarlo. Nadie en su sano juicio contactaría a un desconocido, ¿verdad? Por supuesto que no.

Pero...

¿Debía enviarle un mensaje o darle una llamada? Pensó que sería mejor llamarlo y escuchar su voz para verificar la validez del número. Pero cuando llamó, le avisaron que no tenía crédito suficiente para hacer la llamada. La amargura lo llenó por completo, pero rápidamente se recompuso. ¿No era mejor así? Sin mensaje ni llamada, ¿él vería que no estaba interesado?

Se encogió de hombros, excusándose con hacerlo más tarde, y fue a darse un baño. Mientras estaba bajo el agua caliente, pensó en pedir prestado dinero a Megumi y luego devolverlo cuando encontrara un empleo fijo. Nunca le pidió dinero a sus amigos porque se le hacía difícil devolverlo. Se le hacía difícil debido a que le era imposible conseguir un trabajo que le durara más de un día.

Bueno, más tarde vería qué podría hacer para solucionar el problema.

●●●

¿Quién hubiera pensado que tendría que recurrir a ese número?

Yuji no fue quien quiso hacer la llamada, más bien fue Megumi quien le dijo que lo hiciera.

-¿Por qué no llamas y compruebas que de verdad quiera darte un trabajo? Como omega no tenemos muchas posibilidades de conseguir empleo más que el de prestar nuestro vientre. ¿O es que quieres prestar tu vientre para dar a luz los hijos de otras personas? Aunque pagan bien, por cierto.

Al final se decidió por hacer la llamada y así librarse de un posible futuro como incubadora andante. Pero por las dudas, llamó desde el teléfono inalámbrico de Megumi.

Aroma a Deseo » Goyuu/GoItaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang