Aroma a Deseo » Goyuu/GoIta

Capítulo 11

"Solo será sexo, hasta que el contrato termine."

Nunca antes había sentido el desgarrador sentimiento del rechazo. Las palabras aún permanecían en su cabeza, incluso después de haber pasado tiempo sin verse con su amante. Una maldita semana. Había pasado una semana pero esas palabras parecían estar allí para recordarle que no había un futuro junto a ese hombre.

Debía admitir que el sexo fue sensacional, ardiente y feroz; algo que nunca antes había experimentado. No negaría que había tenido algunos encuentros casuales por ahí para satisfacer sus necesidades físicas, pero habían sido encuentros que no duraron más de una noche. Sin embargo, esta fue la primera vez que disfrutó sexualmente de una persona. Por alguna razón, ya sea romántica o de compatibilidad, lo disfrutó a pesar de las circunstancias.

Su reflejo en el espejo lo señalaba. Sonrió con los labios temblorosos y los ojos brillantes. Verse a sí mismo en esa situación le revolvió el estómago. ¿Cuándo fue la última vez que hizo algo tan arriesgado? No lo recordaba. No quería recordarlo. Su adolescencia había sido dolorosa. La mente de un adolescente en desarrollo, ingenuo, estaba llena de fantasías ridículas. Aprender a base de errores era algo común en su vida.

Creía haber dejado atrás esa manía suya de enamorarse ante cualquier gesto amable. Parecía haberse engañado a sí mismo. Esa necesidad de amor aún no había desaparecido.

Inclinó la cabeza y cerró los ojos. Sus manos se aferraron al lavabo con fuerza. Después de calmar su mente agitada, tomó los productos de ducha que había comprado hace una hora y se metió bajo el agua fría.

Pensaría en qué hacer con su corazón después de una buena ducha y un sueño reparador.

***

Cuando despertó, no esperaba recibir visitas. Quería estar solo hasta que fuera el momento adecuado para contactar a sus amigos.

El rostro serio de Megumi en la puerta le erizó la piel. Eso no era una buena señal.

Se limpió la cara con un rápido movimiento de frustración y se apartó, permitiendo que el de pelo oscuro entrara.

Vio a Megumi dirigirse directamente al salón, donde echó un vistazo a la ropa sucia en el cesto antes de acomodarse en el suelo.

Yuuji cerró la puerta y se acercó con el corazón agitado.

No debería tener que dar explicaciones a nadie sobre sus acciones. Ya era mayor y podía hacer lo que quisiera. Pero se trataba de su mejor amigo, alguien que había estado a su lado desde la muerte de su abuelo, alguien que se había ocupado de él hasta que pudo valerse económicamente por sí mismo. Era la persona más cercana, alguien muy importante. Además, Megumi parecía conocer a Gojo Satoru, el hombre en cuestión. Era quien mejor lo conocía, incluso a través de rumores. ¿Cómo negarse a temer por su amigo?

—Siéntate.

—Meg... —Yuuji se sobresaltó cuando Megumi gruñó, por lo que se mordió la lengua y se sentó frente a él.

Megumi ya tenía el ceño fruncido, tan pronunciado que no sería extraño que tuviera marcas en el futuro.

—Yuuji, sé que eres adulto y que necesitas dinero, pero ¿en serio? ¿Te acostaste con él? ¿Eres idiota?

Yuuji hizo una mueca y bajó los ojos.

—¿Por qué crees que fue mi culpa?

—¿Y no lo fue?

—¡No!

—Claro que no. —Megumi se cruzó de brazos con burla en su voz—. Te conozco bien. Dios. ¿No tenían un contrato? ¿No decía que no había nada sexual? ¿Y aún así lo hiciste?