Aroma a Deseo » Goyuu/GoIta

Capítulo 8

"No te enamores"

Yuuji tragó un pedazo de carne mientras sentía las miradas feroces de los omegas en el club. Las chicas a su alrededor estaban ardiendo de celos y odio, no solo ellas, incluso los chicos parecían querer desaparecerlo con sus expresiones tan mordaces.

Sentado a un lado de Satoru, rodeado por su aroma como una pared protectora, se ocultó de los omegas que estaban tratando de echarle agua sucia y se puso a comer en silencio. Satoru conversaba con todo el mundo, algunas veces preguntaba si quería irse o si necesitaba algo, pero como trabajador responsable, Yuuji negaba y le decía que todo estaba bien a pesar de la evidente incomodidad e irritación que todas esas personas le causaban.

Desde que llegó al lugar junto a Satoru, los estudiantes omegas lo habían estado atacando apropósito, buscando sus imperfecciones, aconsejando al profesor Gojou para que fuera al oftalmólogo. Yuuji no les dirigió ni una mirada, porque en realidad le parecía algo sumamente ridículo pelear con otros omegas. Aunque podría usar sus feromonas para aplacarlos, no lo hacía por respeto. Como omega no despreciaba a los demás, incluso si todo el mundo estaba en su contra.

Habiendo pensado así, con el humor un poco menos pesado, llenó el pequeño vaso con sake.

—No bebas mucho.

Yuuji le sonrió concienzudamente.

—Lo sé.

Luego sintió el peso de la mano sobre su cabeza, la que estaba acariciando su cabello con tranquilidad. El gesto de Satoru aumentó los latidos de su corazón, pero se esforzó por evitar reflejarlo en su rostro. Satoru, que lo miraba con una sonrisa coqueta, de repente no pudo evitar soltar una risa. La risa del alfa zambulló a Yuuji en un calor sin precedentes.

—En serio, Yuuji, ¿por qué eres tan lindo?

Yuuji iba a responderle, pero no pudo soltar nada cuando notó unos ojos negros mirándolo con nada más que aversión. Si no mal recuerda, ¿no era este hombre el amigo de Satoru? Cuando Satoru lo presentó como su pareja, el hombre había sonreído y vagamente felicitó su reunión. En ese momento ciertamente había sentido que algo estaba mal, pero luego lo olvidó. Pero ahora... no podía ser.

Suguru Geto, en cuanto notó que tenía su atención, asintió hacia él mientras una sonrisa llena de desdén se le plasmaba en los labios.

—¿A quién miras? —Satoru volvió la cabeza para mirar lo que tenía a Yuuji tan perdido. Le devolvió la sonrisa a Suguru cuando sus ojos cayeron sobre él—. ¿Por qué miras tanto a mi pareja?

Suguru soltó una risa.

—Solo me parece lindo.

Los omegas, incluso Satoru que no esperaba algo así, miraron a Suguru con sorpresa. Yuuji solamente volvió a llenarse la boca de comida.

—¿También notaste su lindura? —De repente, su brazo rodeó la cintura de Yuuji—. Pero, lo siento, él es mío.

Yuuji se atragantó con un trozo de carne. El alfa le dio unas palmaditas en la espalda y luego le acercó un vaso con agua, esquivando el sake como si fuera la peste.

—En verdad te debe gustar mucho —Suguru suspiró—. Esta es la primera vez que te veo mostrar interés por un omega.

Por otro lado, Yuuji pensaba que las palabras del hombre no fueron dichas con sinceridad. Todo en él parecía tan falso. Lo único que Yuuji podía hacer era ignorarlo. Iba a recoger un rollo de huevo, cuando de pronto sintió que la fuerza del brazo en su cintura aumentaba. Comenzó a sentir un poco de color.