•Diecisiete•

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Abrí los ojos y me sobresalté al sentir un peso a mi lado. Levanté un poco la cabeza y vi que Kirishima estaba dormido. Yo estaba recostado en su pecho.

—Eijirou... —Le toqué con un dedo la mejilla.— Despierta dormilón.

Miré al reloj de la mesita, eran las nueve de la mañana.

—Eijirou... —Acaricié sus labios con mi dedo pulgar.— Kirishima. —Apreté sus mejillas.— ¡Pelos de Mierda!

—¡AAAH! ¡LLEGO TARDE! —Casi se cae de la cama.

—¿Estás bien? —Aguanté la risa.

—Espera, ¿me has llamado Pelos de Mierda de nuevo? —Puso una carita triste.

—Después de llamarte por tu nombre dos veces. Eres de sueño pesado por lo que veo.

—Sí soy. Pero... Es domingo. —Giró la cabeza y miró al despertador.— Son las nueve. Katsuki eres malo.

—Seré malo, pero estoy buenísimo. Mira que músculos. —Flexioné mi brazo entre risas.

—Cada día me sorprendes más. —Sonrió.

—Vamos a desayunar. —Le abracé acomodándonos en la cama.

—Pero-

—¿Qué? —Besé su frente.

—Tus padres...

—No hay problema, no podemos tener mocosos ruidosos.

—Me refiero a que nos van a escuchar-

—No si-

—¡Buenos días chi-... Vaya, ¿interrumpo algo? —Entro mi madre a la habitación sin llamar.

—¡Cierra la puerta vieja bruja! —Le tiré un cojín.

—¡No me llames así Katsuki! —Me devolvió el cojín tirándolo con fuerza hacia mi cabeza.— ¡Buenos días Eijirou!~ —Sonrió.

—Bu-buenos días.

—Podéis ir ya a desayunar... —Dijo y cerró la puerta.

—Vamos Suki. —Sonrió.

—Está bien.

Salimos fuera de mi habitación y fuimos a la cocina, la mesa ya estaba puesta.

—Eijirou puedes desayunar lo que quieras. —Dijo mientras hablaba por teléfono.— Masaru ven temprano hoy a casa ha estado habiendo ataques de... —Salió de la cocina.

Nos miramos confundidos.

—¿Ataques? —Preguntó Kirishima.

—¿Y por qué no nos hemos enterado antes? —Empecé a comer.

—No lo sé. A lo mejor es porque piensas en otras cosas y no vemos la televisión. —Sonrió.

—¿Desde cuando eres un malpensado? —Bebí un poco de zumo de naranja.

—Desde que me llevaste a comer helado de vainilla a una heladería llamada Pico. —Respondió serio.

—Nada que ver. —Dije sin entender.

Me miró y encendió el móvil. En la página de las noticias de héroes habían publicado durante varios días diferentes ataques de Nōmus por todo Japón.

—¿Otra vez con esos bichos horribles? —Susurré.

—Sí, La Liga de Villanos siempre los usa para causar el caos por diferentes prefecturas. —Respondió un poco molesto.

Te Leo Esta Noche [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora