•TimeSkip Dos•

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Entré a casa y dejé los zapatos al lado de la puerta.

Caminé descalzo hasta llegar a la cocina y me apoyé en la puerta a observar lo que estaba ocurriendo dentro.

Eijirou estaba cocinando algo, y podía oler ese agradable aroma a picante.

Pasé sin hacer ruido y le abracé por la espalda.

—Estoy en casa. —Noté como dio un pequeño salto del susto, pero se tranquilizó al escuchar mi voz.

—Hola Suki. —Siguió cocinando.— ¿Cómo te fue esta semana? —Giró un poco la cabeza para darme un beso de bienvenida.

—Bien, como siempre. Soy el mejor, no es de extrañar. —Sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro.— Pero te eché de menos.

—Hemos pasado por cosas peores. Pero mira, al fin coinciden nuestros descansos. Este fin de semana haremos todo lo que no hemos hecho en este año. —Imaginé por su tono de voz que estaba sonriendo.

Desde que Eijirou vino de París y nos casamos, casi no hemos tenido tiempo libre juntos, siempre nos tocaba trabajar cuando el otro descansaba.
Por eso este sábado y domingo quiero ir de viaje con él, a un lugar que seguramente le gustará.

—Huele bien, ¿qué es?

—Ya deberías saberlo.

—¿Curry? —Me separé de él para mirar la encimera.

—Exacto, un plato más picante que el otro, como siempre.

—Eres un debilucho~

—Sabes que yo prefiero la carne. —Rió.

—Lo sé bien, querido. —Le di dos golpecitos en la espalda con cariño y empecé a poner la mesa.

—¿Por qué eres tan mal pensado? —Al fin se giró a mirarme, había terminado de hacer la comida.

—Siempre lo fui. —Le ayudé a llevar la comida a la mesa.

—Al principio, que yo recuerde, no. —Se quedó pensativo, observando fijamente una silla.

—Si tú supieras... —Sonreí y nos sentamos.

—¿Y bien? ¿Planes de mañana? —Apoyó la cabeza en sus manos y me miró contento.

—Mañana lo verás. Pon la alarma a las ocho de la mañana.

—¿¡Pero por qué no me lo quieres decir!? —Puso un tono infantil mientras reía.

—Es una sorpresa, tómalo o déjalo. Te aguantas hasta mañana. —Miré el plato hambriento.

—Que aproveche. —Dijimos a la vez.

Comimos mientras hablabamos de las cosas que habíamos hecho durante la semana, ya que él trabajaba aquí y yo tenía que ir en tren durante tres horas para llegar a la ciudad en la que está mi agencia actualmente colaborando con otra. Así desde hace un año.
Casi todos los fines de semana vuelvo a casa, pero algunos es imposible, ya que el trabajo de héroe es muy espontáneo y no se sabe cuándo te van a necesitar.

A diferencia de él, que trabaja todos los sábados y domingos y descansa los jueves y viernes.

Imposible vernos.

Pero este fin de semana intercambió turno con Aoyama, ya que este cuando se enteró de que casi no nos veíamos le pareció horrible.

—Estás muy pensativo Suki, ¿está buena la comida? —Se rascó la mejilla dudoso.

—¡Por supuesto, no hay otro curry como el tuyo! —Bebí un poco de agua y seguí comiendo con una sonrisa.

—El tuyo es mucho mejor. —Susurró.

Te Leo Esta Noche [Kiribaku]Where stories live. Discover now