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[Residencia Kawakami]

Tn llegó a casa y, apenas abrió la puerta, vio a su madre de brazos cruzados. Levantó una ceja.

– ¿Mamá...? Q-Quiero decir, buenas tardes –hizo una reverencia saikeirei.– Estoy en casa.

– ...Bienvenida, hija.

La joven se incorporó, se quitó los zapatos y los guardó en el mueble para zapatos junto a la entrada. La mujer extendió su mano a ella.

– ...Oh, claro.

Abrió su bolso y sacó sus exámenes, entregándoselos a su madre. La mayor los tomó, observó todas las hojas detenidamente y esbozó una sonrisa.

– Muy bien –la miró.– Te recompensaré. El domingo tendremos una tarde madre e hija.

– Estaría encantada, madre –sonrió.– Voy a cambiarme y saldré con una amiga.

– Está bien. ¿Tienes dinero?

– Sí, también mis tarjetas.

– De acuerdo. Yo debo volver al trabajo, pero nos vemos en la cena.

– Sí, madre.

– Diviértete.

– Gracias –sonrió.

La mujer le devolvió los exámenes a su hija, fue por sus cosas y se colocó los zapatos, para irse.

Tn suspiró y subió las escaleras, para irse a su cuarto. Se quitó su uniforme y fue hacia el pequeño cuarto que fungía de armario, para buscar algo de ropa, tomando una blusa negra de tirantes, una falda tiro alto color crema y largas medias negras que llegaban a sus muslos. Se vistió con ello, cepilló su cabello dejándolo suelto y decorándolo con una diadema negra, y se colocó algo de brillo labial rojizo sabor fresa. Se colocó un cardigan blanco y preparó su bolso, tomó unos botines negros de alto tacón. Una vez lista, salió de casa para ir a aquella tienda donde Karma la esperaría.


Llegó a la tienda y, como no vio al chico, decidió entrar a comprar algo. Al salir unos minutos después, vio a aquel pelirrojo recargado contra la pared.

– Oh, Karma.

– Creí que no habías llegado todavía –rió.– Te ves linda.

– Gracias –sonrió.– Te compré algo –le entregó una caja de leche de fresa, la marca que a él le gustaba.

– Ohh, gracias –lo tomó.– Vamos entonces, señorita perfección.

– Tonto –rió.

El chico tomó la pajita y la clavó en la caja de leche, mientras ella habría la lata de su refresco. Tomaron sus manos y comenzaron a caminar hacia casa de él, mientras bebían.

[Residencia Akabane]

Karma sacó las llaves y abrió la puerta, miró a la joven, llevó una mano a su pecho e hizo una reverencia, como si fuese un mayordomo.

– Su Majestad...

Tn rió, rodando los ojos, e ingresó a aquella casa. El chico entró tras ella, cerrando la puerta. Se quitaron los zapatos y los dejaron en el mueble.

– Linda casa.

– Ahora que conoces mi casa, tengo que conocer la tuya. Es lo justo.

– Sí, claro –rodó los ojos.

– Ven, vamos a mi cuarto –tomó su mano y comenzó a caminar.

– ¡Oh! ¿Ya te pusiste pervertido?

Boyfriend 💞 Karma AkabaneWhere stories live. Discover now