Boyfriend 💞 Karma Akabane

💞 8

[Kunugigaoka Junior High School]

– Como ya saben, esta es su nueva compañera: Artillería Fija de Pensamiento Autónomo de Noruega –anunció Karasuma, escribiendo aquel largo nombre en la pizarra.

La pantalla de aquella carcaza robótica se encendió, enseñando a una inteligencia artificial con el rostro de una joven de cabello lila y ojos rojos.

– Es un placer conocerlos –dijo de manera robótica.

[Edificio Principal]

– Comenzaremos primero con la tarea que dejé –dijo el profesor, tomando asiento.– Llamaré por lista, como siempre –sacó una carpeta de su maletín y un bolígrafo.– Asano-kun.

Asano sonrió, se levantó con sus hojas en mano y se acercó, para entregar su tarea; giró y volvió a su asiento.

[Mediodía]

Hora del almuerzo. Todos estaban en el comedor. Tn, como siempre, se sentó con sus amigas.

– Hm. Esto está bueno –comió.

– Ten cuidado con las calorías, Mao –advirtió Tn.

– Para algo voy al gimnasio, tonta –rió.– Ya suenas como mi madre.

– Lo siento. Mi madre siempre me hace esos comentarios también –sonrió.

– Por cierto, Tn... –llamó Aoi.

– ¿Hm?

– Amo mucho tu collar.

– ¿Ah? –bajó la mirada, notando que tenía aquel colgante sobre la camisa.– Oh, gracias –sonrió.

– ¿Lo compraste en Kyoto?

– ...Sí, ¿Por qué?

– Me parecía –sonrió.– Lo vi en una joyería el primer día, cuando íbamos paseando. Era costoso, pero valía la pena –rió.

– ¿Ah, si?

– ¿Lo compraste y no recuerdas el precio? Tan típico de ti, Presidenta –rió Mao.

– Ahm...Oops –rió.

– Tn –llamó alguien.

Las tres giraron las cabezas, viendo a Asano acercarse y sentarse junto a ella.

– ¿Olvidé alguna reunión del Concejo?

– No. En realidad, pensé que podríamos salir a tomar algo. ¿Qué dices?

– Ahm...

La joven miró a sus amigas, quienes sonreían ampliamente y asentían con las cabezas; soltó una risita ante ello y volvió la vista a aquel chico.

– Está bien. No tengo nada qué hacer hoy de todos modos.

– Genial. Después de clases.

– Claro –sonrió.

Asano le sonrió, se levantó y regresó a su mesa. Tn miró a sus amigas de nuevo, mientras volvía a meter aquel colgante bajó su camisa.

– No...

– ...puedo...

– ...creerlo.

– Omg.

– Qué tontas son, ambas –rió.– Antes de que comiencen a gritar, somos sólo amigos.

– Pero... ¿Y tu pretendiente secreto?