Engaño [HyunMin] -III

XII

Advertencia: Capítulo con contenido explicito.

Hyunjin

La entrepierna de Seungmin se sintió mucho más gruesa presionada contra mi trasero que cuando estaba en mi mano. Solté un suspiro sobresaltado y lo miré por encima del hombro, encendido como el infierno. Había tenido una buena cantidad de parejas sexuales en mi día, pero nunca una que había tomado el control de esta manera.

Empujó hacia adentro, dándome tiempo suficiente para rechazarlo si no lo quería. No necesitaba tomarse su tiempo, lo quería. Le había prometido mi trasero, y ahora lo iba a tomar.

Gruñó mientras me empujaba, invadiendo mi apretado anillo virgen. Gemí y levanté mis caderas, tratando de ayudarlo a encontrar un mejor ángulo. Sabía que estaba apretado, y mis nervios no estaban ayudando. Si no tenía cuidado, me iba a partir por la mitad. Ya me sentía tan lleno de él que no estaba seguro de poder soportarlo más, y él acababa de comenzar.

—Te sientes tan bien —susurró Seungmin contra la parte posterior de mi oreja. Cerré los ojos y gemí, haciendo mi mejor esfuerzo para soltarlo. Me empujó más profundamente, presionando un punto dentro de mí que me hizo jadear y empujar contra él. Se rio entre dientes

—Y supongo que, si eso fue una indicación, crees que yo también me siento bien—.

Me empujó unas cuantas veces más, golpeando ese punto con cada sacudida de sus caderas. Apoyé mis palmas contra el suelo y empujé contra él, y pronto, estábamos jodidamente en serio. Los sonidos de nuestros cuerpos trabajando en conjunto consumieron la pequeña habitación en la que estábamos, y me encontré esperando que el motel tuviera paredes gruesas. Jaemin, Renjun, Mark y Chan tenían que estar escuchando todo.

—¿Cómo estás tan apretado? —preguntó con los dientes prensados. Siseó de placer y me empujó un par de veces más, ahogando mi sentido común con placer. Gemí fuerte, tan fuerte que Seungmin me tapó la boca con la mano y me castigó al empujarme brutalmente. Las lágrimas de placer gotearon en las esquinas de mis ojos, y temblé mientras luchaba por contenerme. Yo me iba a venir

—No hagas ruido —dijo Seungmin— No puedes hacerles saber que un guerrero dragón te está jodiendo, ¿verdad? Sería vergonzoso si descubrieran que te tengo atrapado y que estás indefenso contra mí—.

No estaba indefenso, simplemente no quería que esto terminara. Empujé contra Seungmin, ansioso por su cuerpo. Si él fuera un poco más rápido y un poco más duro, yo me vendría.

—No quieres que sepan que voy a disparar dentro de ti —murmuró Seungmin. Sus palabras tenían la intención de burlarse de mí, e hicieron un excelente trabajo. Gemí en la palma de Seungmin— Cuando descubran la verdad, cuando sepan que he sido un omega todo este tiempo, ¿qué pensarán cuando sepan que te empujé al suelo y te jodí sin sentido?—

No me importaba qué demonios pensara alguien, porque esto se sentía demasiado jodidamente bueno. Me empujé contra Seungmin, ansiando más.

—Me voy a venir dentro de ti, Hyunjin —me susurró— Te voy a marcar desde adentro. Y un día, cuando ponga mi marca de compañero en ti, todos lo verán. Todos lo sabrán—.