Engaño [HyunMin] -III

XIX

Hyunjin

—Entonces —dijo la mujer que estaba al lado de Junnie—¿Quién quiere púrpura?—

Camisa por camisa, se distribuyeron ropas. Vestimos al pequeño omega con ropa un poco demasiado grande para él, esperando que se mantuviera abrigado. Parecía frágil y delicado, y aún no se había despertado. Tenía que preguntarme si había entrado en estasis, como Chan. La punta de metal que le había sacado de la cabeza tenía que haber causado estragos en su cuerpo.

Al final, los guerreros dragón se vistieron con camisetas de Corny y pantalones de chándal estampados. No había zapatos, calcetines o ropa interior para distribuir, pero era mejor que nada. Al menos ninguno de nosotros sería arrestado por indecencia pública.

—Se me ocurrió que nunca te pregunté tu nombre —le dije cuando la mujer terminó de distribuir la mercancía de Corny al grupo—. Soy Hyunjin, el hermano de Ren. Encantado de conocerte—.

— ¡Oh, un hermano! Y qué guapo. —Ella abanicó su rostro con la mano, luego se echó a reír y me la tendió. La sacudí— El nombre es Sakura. Conocí a tu hermano el año pasado cuando pasó por el motel en el que trabajo. Su amante, allí, llevaba una camisa de unicornio, y supe de inmediato que nos llevaríamos genial. ¿El resto de ustedes también son Cornies?—

—¿Cornies?—

Ella hizo una mueca.

—Las personas que creen que los unicornios alguna vez existieron... y tal vez todavía existen. Tenemos un sitio web y todo. Ren, ¿todavía tienes la información que te di?—

—Sí —dijo Junnie—. Todos nosotros somos Cornies en el fondo, a pesar de que aún no hemos visitado ese sitio web—.

—Tal vez sea lo mejor, si estás haciendo shows como el que acabas de hacer. —Ella se cruzó de brazos, levantando los senos—. Bueno, todo está bien. Sé que ustedes muchachos me respaldarían si alguna vez lo necesitara—.

—Por supuesto —le dije.

—Entonces eso es todo lo que necesito saber. —Le dio unas palmaditas en la espalda a Junnie varias veces y luego se aclaró la garganta—. ¿Te quedas? Podría llevarte por el festival. Hay un tanque de sirenas y una pastura de unicornio. Por supuesto, no son verdaderas sirenas o unicornios, pero el espíritu está ahí—.

—No, lo siento, tenemos que ponernos en marcha —dijo Renjun, haciendo todo lo posible para sonar amable—. Todos debemos limpiarnos después de nuestro... desempeño. Fue un placer volver a encontrarme contigo—.

—¡Igualmente! —Sakura se echó a reír—. Qué pequeño es el mundo, ¿no? Quién sabe, tal vez nos volvamos a ver algún día—.

—Tal vez —dije, mirando en dirección a Seungmin. Estaba arruinado después de invertir tanta energía entre luchar por su vida y curar al resto de nosotros. Lo vi tan claramente en su rostro como lo hice a través de nuestra Canción del Corazón—. Sólo espero que la próxima vez estemos en un lugar donde podamos conversar. No es frecuente que conozca a uno de los amigos de Ren—.