Capítulo 18

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Era principios de año, Kara Danvers respiraba tranquilamente bebiendo un té en la cocina de su hogar.

Había preparado el desayuno para sus padres, ahora tenía el tiempo suficiente al estar libre de la escuela, era casi un mes el que podía disfrutar sin el estrés estudiantil.

Tomó lugar en la mesa, mientras recordaba sus últimos días antes de salir de vacaciones.

Le costó varias disculpas para que sus amigos la perdonaran de tan pesada broma, hasta Wiin no le habló por una semana, a veces no contenía su risa al recordarlos cubiertos de plumas y estos, ofendidos se hacían las víctimas.

Aunque Imra reconoció, que su piel le había quedado suave como de bebé.

En la universidad parecía que se habían puesto de acuerdo para aplicar la ley del hielo hacia Lena y ella.

Castigo que para la pelinegra no duro mucho, seguía siendo asechada por chicas, aunque esta vez vistiendo lo usual.

Y al fin, un milagro divino, no fue molestada ni por Olsen ni por otro del grupo, parecía que se habían evaporado después de la humillación.

-"Hija"-. Decía su madre bajando, sacándola de sus pensamientos. -"De nuevo cocinaste"-. Negando con la cabeza

-"Sí mamá, sabes que me gusta"-. Dijo con atención, olvidando sus recuerdos.

-"Deberías estar dormida, disfruta tus días libres"-.

-"No puedo estar de ociosa, me irrita"-. Su madre sonrió, se habían ganado la lotería con una hija tan amable y perseverante.

Eliza se sentía feliz por Kara, y no pasaba desapercibida su nueva actitud, ya no volvió a la ropa que no dejaba relucir sus encantos, ahora vestía como toda una señorita de su edad, se veía preciosa.

No faltaron los pretendientes que buscando alguna oportunidad con la rubia, venían a buscarla e intentar salir con ella.

Jeremiah estaba irritado, prefería a su antigua Kara, a parte, aunque no lo demostrara, quería a Lena como su nuera.

-"Mmm huele delicioso"-. Hablo el señor Danvers bajando las escaleras. -"¿De nuevo cocinaste, hija?"-. Una sonriente rubia asintió, éste la beso en la mejilla. -"Gracias"-.

Sus padres comenzaron a desayunar, deleitándose con lo que había preparado Kara.

La joven observó cómo su mascota venía entrando, ya no era el cachorro que vio por vez primera ese memorable día.

-"Hasta que te levantas"-. Le reprocho entre risas a Luther, éste ladro indiferente. -"Creo que ya es tiempo de que te llevemos al veterinario por tus vacunas"-. El aludido gruñó, como si entendiera que “vacuna” era sinónimo de “dolor”.

Los Danvers soltaron una carcajada, para escuchar como tocaron a la puerta, varias veces.

Jeremiah miró la hora.

-"Es muy temprano para que Leba venga con flores"-. Sonriendo, Kara hizo una mueca, pero no pudo evitar ruborizarse.

El susodicho seguía tocando.

-"Yo abro"-. Parándose, siendo seguida por el husky siberiano. Se encaminó hasta la sala, cuestionándose quien podría ser a esta hora, su padre tenía razón, Luthor no suele madrugar, aunque estos últimos días no ha dejado de sorprenderla con sus acciones. -"¡Ya voy!"-. Gritó al estar cerca de los golpeteos, abrió la puerta algo irritada. -"¿Pero que…?"-.

En la cocina se oyó el grito de Kara, haciendo que sus padres se miraran entre ambos y parándose de inmediato se dirigieron hacía la sala.

Observaron como su hija era abrazada por un chico alto quién la tenía dando vueltas, el cachorro Luther ladraba de un lado a otro, la rubia no dejaba de gritar de emoción.

La Mujer Que No Soñé Jamás [SUPERCORP] [AU]Where stories live. Discover now