Contenido Homosexual, si no te gusta. Sigue adelante con tu búsqueda.
La historia no me pertenece, su creador original es; "RanaVerde" sólo es una adaptación al supercorp.
Es una historia bastante... Típica en estos tiempos.
Ya saben, universidad pr...
El tiempo había trascurrido, como cuando se espera que el pastel en el horno esté listo, bueno quizá un poco más, pero me refiero a lo lento y lo ansioso cuando huele delicioso y tienes mucha hambre y… Claro.
Las cosas iban demasiado bien, que parecía un cuento de hadas.
Con final feliz y todo.
Dónde la bruja de la historia tuvo su merecido y la princesa se aloja en el castillo con su ser amado.
-"Sí, claro, no se preocupe, mañana a primera hora lo tendrá. Correcto"-. La joven de cabello negro colgó el celular y lo colocó en el buró junto a la cama. Tomó el libro que leía y lo cerró. -"¿¡Te falta mucho!?"-. Gritó, una voz respondió lejana.
-"¡Ya voy!"-. La joven pelinegra refunfuño y volvió a abrir en la pagina que dejó pendiente. Una lámpara iluminaba la habitación con su luz tenue, la chica se talló sus ojos. -"Me apena que tengas que trabajar junto a tu padre, todo por no quedarte en Berlín"-. Dijo la voz, aún se escuchaba lejana.
-"Vale la pena, si puedo verte dormir todas las noches"-. No obtuvo respuesta, pero imaginó unas mejillas ruborizadas. Posó su vista al libro, pasando a la siguiente hoja, se estaba concentrando en la lectura, hasta que escuchó cómo apagaban la llave de la regadera y un momento después la puerta abrirse y luego cerrarse. Escuchó unos pasos acercarse, de manera lenta. -"Apresúrate"-. Sonrió sin despegar su vista de la página. -"Te vas a conge…" -. Levantó su mirada. -"…lar"-. Frunció el ceño. La otra joven, que se encontraba de pie frente a la cama, y desnuda, no sabía si temblaba de frío o por los nervios. Nunca antes alguien la había visto así. -"¿Qué significa esto?"-. La miro preocupada, la rubia se asustó, pensando que no era suficiente para la chica. -"No, no seas tonta"-. Se arrodilló y caminó hasta la orilla. -"Eres preciosa, la primera vez que te vi me dejaste sin aliento"-.
-"¿La… Primera vez?"-. Dudó.
-"Eh sí… Vale, lo admito, te he espiado durante tus baños"-. Un poco sonrojada.
-"¡Lena!"-. Fingió molestarle, porque más que eso, sintió pena.
Y su cuerpo lo reflejo al ponerse de nuevo como un tomate.
-"¿Y? No me arrepiento"-. Se puso de pie. -"Pero, ¿Qué pretendes al estar frente a mí, así, con tu belleza al natural?"-. Recorriéndola de arriba abajo.
-"Eh pues… ¿Qué más boba…? Creo que… Yo… estoy lista"-.
-"¿Segura? ¿Lo deseas? ¿O te sientes obligada por…?"-.
-"¡No, tonta! No me siento obligada"-.
-"Está bien, no te enojes"-. Sonrió y se acercó a la rubia. -"Pero si dejaras de temblar como una gallina asustada me harías entender otra cosa"-.
-"Es que hace frío"-.
-"Oh, entonces…"-. La chica le abrazo, atrayéndola hacia ella, podía sentir su piel aun tras la pijama de seda, la joven desnuda empezó a ponerse más nerviosa si es que aún se podía más. -"…Kara, cuando estés lista, lo sabremos"-. Sonrió frente a ella, besando sus párpados. -"¿Pero… Por qué lloras?"-. La pelinegra se asustó.
-"Soy una cobarde, creí que podría pero…"-.
-"Shh, está bien"-. Le dió un beso. -"Vamos a dormir, no quiero que te de hipotermia"-.
Y la tomó de los brazos y paso una mano a sus piernas, cargándola como recién casadas.
-"Te amo"-. Con un pequeño roce de sus labios.
-"Y yo a ti"-. Colocándola sobre la cama y arropándola. Lena rodeó hasta llegar a su lado derecho, apagó la lámpara y pasados unos segundos entro junto a la rubia. Ésta intuitivamente busco el calor de su cuerpo, pero se desconcertó.
-"¿Estás desnuda?"-.
-"¿Tú no?"-. Dejando salir una risa pícara.
-"¿Qué haré contigo?"-.
-"Abrazarme"-.
Y dicho ésto le obedeció, sintió el tacto de su piel en roce con el de ella. A oscuras y bajo las cobijas se sentía mejor. Ya no temblada. No había miedo. Solo eran ellas dos, juntas, sintiendo cuerpo con cuerpo, enlazadas, y felices.