Capítulo 4

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Sus ojos verdes se veían apagados, a parte de perdidos dejaban notar un sentimiento de tristeza. Nunca antes tuvo motivo para estar así. Y ahora que lo tenía, en realidad se sentía pésimo. "Conquistarte bien, conquistarte bien... I'm gonna...". Ella pensaba que si alguna chica la hubiera rechazado (cosa que nunca pasó) se hubiera molestado e hubiera mandado a la chica al caño, entonces ¿Por qué a Kara no la puede mandar a la fregada? ¿Por qué simplemente no se puede olvidar de ella? Detestaba estar así: triste, afligida y sensible.

Tocaron su puerta.

-"Adelante"-. Contestó sin ganas mientras veía al conejo rosa a un metro de ella.

-"Hola niña"-. Su Nana Melanie entraba con una bandeja en mano. -"Le traje unas galletas, son sus favoritas"-. Colocándolas en la mesita. -"Ande pruebe una, la hará animarse..."-.

-"¿Por qué piensas que estoy triste?"-. Preguntó clavando sus verdes ojos en ella.

Su Nana titubeó.

-"Ay niña... disculpe mi atrevimiento... Pero se le ve una cara de... Bueno... Es que el viernes que salió se le miraba tan contenta, tenía un brillo en sus ojos... Un brillo que ahora justamente ésta opacado... ¿Le pasó algo malo?"-.

-"Ojalá simplemente fuera malo... Es mucho peor que eso Nana"-.

-"¿Qué le sucedió?"-.

-"Creo que cometí un gran error, ofendí a alguien que aprecio"-. Bajando su mirada al piso.

Su Nana sintió tristeza al ver a su pequeña tan frágil.

-"Niña Lena... No se preocupe"-.

-"¿Que no me preocupe? Pero si eso es lo que más..."-. Calló. -"Y mi problema es que no sé qué hacer..."-.

-"¿Pero qué dices? Si eso es fácil..."-.

-"¿Ah, si?"-.

-"¡Claro! Si está conciente que la culpa es suya, pues sólo hay una cosa por hacerse"-.

-"¿En serio? ¿Cuál?"-. Viendo una esperanza frente a ella.

-"¡Pídale disculpas! No hay mejor remedio para esas situaciones que un perdón sincero y flores"-. Lena sonrió.

-"Tienes razón Nana Melanie, pedir perdón es la respuesta... Pero... ¿Y si aún así no quiere volver a verme?"-.

La anciana hizo una mueca para segundos después hacer un gesto de saber qué decir.

-"Ah... Verá... Para saber eso primero debe pedir disculpas... Y si no la acepta, entonces no pierda su tiempo niña, las personas que no saben perdonar son las que prefieres tener lejos, ¿Entiende? No valen la pena..."-.

-"Gracias Nana... Seguiré tu consejo"-. Tomó una galleta. -"Mmm... Deliciosas... Me pregunto cuándo encontraré a alguien que cocine mejor que tú..."-.

-"Nadie como yo niña, nadie como yo..."-. Ambas sonrieron.

Su Nana Melanie tenía razón, no había solución mejor que pedir disculpas, qué importa si recibe mil bofetadas, mientras Kara la perdone y la dejé estar con ella, todo estará bien. Bien para su corazón.

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Kara miraba el pequeño pastel frente a sus ojos, observó las dos velas que lo adornaban, eran un 2 y un 1, veintiuno. Por fin domingo, su cumpleaños.

-"Anda Karita, pide tu deseo y apaga las velas"-. Dijo su madre.

Cerró sus ojos e inconscientemente la imagen de Lena vino a su cabeza. Entonces muy en el fondo su único deseo era...

La Mujer Que No Soñé Jamás [SUPERCORP] [AU]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora