¡Somos un desastre!

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Ella quería que la tierra se la tragara y para colmo él se reía de su aspecto, y pues quien culparía a este dulce niño o bueno no tan dulce pero por los momentos lo es.

Lucy se maldecía por haber ido a pescar, ella odiaba esto y quería que Natsu dejara de reírse pero era imposible. Ella estaba toda empapada y tenía pescados por todos lados y cuando hablamos de todos lados es todos lados.

― ¿Podrías dejar de reírte? ―le pregunto Lucy de una manera "sutil" a Natsu.

―Nope ―le respondió para luego volver a reír como un desquiciado.

Lucy se miró bien y vio que estaba hecho un desastre, necesitaba ayuda.

― ¡Ábrete puerta de la sirvienta! ¡Virgo! ―el espirito apareció de pronto.

― ¿Va a castigarme hime-sama? ―y ya comenzaba con su común pregunta.

―No. Necesito ropa y rápido ―Lucy estaba muy molesta y era mejor no molestarla.

―A la orden hime-sama.

Rápidamente le hizo a aparecer ropa, la cual se puso tras un árbol, luego de estar lista, tomo a Natsu que aun seguía riendo y se lo llevo en dirección al gremio.

...

Otra infracción, y otra más, y una más. El niño peli azul lloraba desconsoladamente tratado de convencer al oficial que no los arresten, la peli escarlata solo estaba tirada en el suelo con la mirada baja, el maestro la mataría por todo lo que tiene que pagar.

―No la arrestare porque tiene un niño al cual cuidar ―le dijo el oficial a Erza haciendo que esta se impresionara ―. Pero a la próxima no se monte a los juegos de niños. Le quitare todas las infracciones ―a Jellal y Erza se les lleno un aire de victoria ―. A cambio de que hagan trabajo comunitario ―y eso la re-cago.

Ambos se quedaron viendo con los ojos muy abiertos.

―Solo usted señorita Scarlet ―le dijo el oficial haciendo que esta lo mirara de manera asesina ―. Él es un menor, así que está bien.

Jellal rió victorioso.

...

Estaban en silencio y uno muy incómodo. Los tres se miraban fijamente. La peli azul estaba un poco intranquila ya que el albino miraba al niño que ella tenía que cuidar. Dios santo esto era más que incómodo, alguien debía romper este silencio incómodo.

―Lyon-sama... ¿qué lo trae por Magnolia? ―pregunto la maga elemental para acabar con ese silencio incómodo.

―Bueno, Chelia quería visitar a Wendy así que la acompañe ―respondió el Vastia un tanto incomodo ya que Gray lo miraba mucho, aunque Lyon no sabía que ese niño era Gray ―. Por cierto, ¿quién es él?

―No sabes quién soy... ―respondió el pequeño Fullbuster ―La verdad debería preguntar ¿cuándo fue que creciste tanto?

― ¿Eh?

―Aaah Lyon-sama, él es Gray-sama ―explico Juvia al albino y este reacciono abriendo los ojos como platos ―. Gray-sama, Natsu-san, Jellal-san y Gajeel-kun bebieron una poción, y eso los devolvió a la edad de 8 años.

― ¿Una poción? ¿Enserio? ―Juvia asintió ―Con que 8 años ―Lyon pensó algo muy malévolo ―. ¿Qué les parece si vamos a dar un paseo los tres?

Juvia y Gray se quedaron viendo raro, pero aceptaron ya que no había nada más que hacer. Pagaron por sus helados y salieron del establecimiento.

...

Ella solo sobaba su trasero, había sido un duro golpe la verdad. Él solo la veía con el ceño fruncido, ambos no se dirigían la palabra y era lo mejor si no comenzarían otra pelea. Levy había tropezado con un libro por lo cual había golpeado su trasero, pero porque se golpeó se han de preguntar.

Gajeel y Levy leían tranquilamente sus libros, ambos habían estado muy callados desde hace mucho rato, los dos estaban muy concentrados en su lectura. Por los momentos el dragón Slayer de hierro leía una novela romántica, fue lo primero que encontró, pero de la nada decidió preguntar algo un poco estúpido.

Levy-san... ―le hablo Gajeel.

― ¿Hmm?

―A ti... ¿te gusta alguien?

Levy abrió los ojos como platos. ¿Qué le respondería?

― ¿Por qué preguntas eso, enano? ―le contesto la peli celeste de forma grosera ―Eso no es algo que tengas que preguntar.

― ¡Solo hacia una pregunta! ―le respondió Gajeel de igual forma.

― ¡No me hables así enano! ―comenzó a gritar Levy.

― ¡Cállate, enana!

Que grave error. Levy se levantó de donde estaba y agarro de la camisa a Gajeel, el pelinegro comenzó a sudar frio y se zafo de las manos de Levy comenzando a correr, eso nos lleva a la situación actual.

Ambos seguían se seguían viendo de mala manera, Levy se levantó del suelo y levanto el libro con el cual se había tropezado, y se fijó que era el mismo que Gajeel estaba leyendo, le impresiono un poco ver el libro no era algo para leer, más bien era uno de fotografías y no fotografías cualquiera, eran del gremio, vio la página que Gajeel tenía marcada y era una de él y ella hablando, ahora entendía porque se lo había preguntado. Cerró el libro y lo dejo en una mesa, salió de la librería fingiendo enojo pero más bien ella estaba más que feliz.

―Oe... Levy-san ―hablo por fin Gajeel con un poco de vergüenza ―. Y-yo... yo lo siento. No debí preguntar eso.

―No deberías disculparte ―le dijo Levy sinceramente ―. Yo no debí reaccionar así.

― ¿Me puedes dar un poco de hierro? ―pregunto de una manera inocente el niño, no se le podía decir que no.

―Con mucho gusto ―dijo en una manera dulce sonriendo, haciendo aparecer la palabra "Iron" frente a él.

Este fue un día muy largo y los demás también.

Editado el: 17-12-2015


Cuidando a unos ImbécilesWhere stories live. Discover now