La melodía del recuerdo

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Tora entendía bien su lugar, entendía muy qué debía hacer y que no. También sabía perfectamente que haberle dicho a Aoi parte de la verdad era una traición directa a Yoshiki que podría costarle la vida, pero, ¿no tenía demasiadas cosas en riesgo ya? Lo habían dado de alta, antes de lo previsto, lo cual significaba que Reita no tendría oportunidad para darle alguna tarea o distracción para no asistir a la pelea que en ese momento se estaba llevando a cabo, sabía que su amigo estaba haciendo lo posible para alejarlo de los peleadores, porque entre ellos debía estar su hermano. ¿Pensaba acaso que verlo haría que su memoria regresara?

Lo que Reita no sabía es que Tora recordaba a Yutaka tan claro como si apenas los hubieran separado el día anterior, recordaba la promesa que no estaba cumpliendo en ese momento, pero que contaba con poder hacerlo una vez que Yoshiki estuviera muerto. Se había pasado horas enteras pensando en su hermano menor, como debía lucir, si podía pelear como un Amano, si realmente había asistido al torneo a buscarlo.

Por todos lados escuchaba rumores del peleador que poseía la técnica de su familia, la forma en la que había peleado y casi no podía percibirse por un ojo no entrenado. Incontables veces había querido saber de él, las mismas ocasiones que se restringía, no podía echar todo a la basura por su hermano, no cuando estaba tan cerca.

Sin embargo en ese momento mientras caminaba por el pasillo rumbo a la sala donde se llevaba a cabo la pelea, supuso que no estaría mal verlo de lejos, aún si no tenía idea de como se veía. Se preguntó si sabría al instante quién era, como si la sangre lo llamara por encima de la razón, tampoco quería llamar mucho la atención, Reita se pondría como loco si lo viera revoloteando entre el público, así que hizo lo único que se le ocurrió, quedarse en el nivel mas bajo en cuanto entró, en el pasillo que llevaba directo a la arena.

Tenía una vista un poco limitada del público pero no podía arriesgarse mas de lo debido, se sorprendió ante la escena, no sabía quién estaría peleando en ese momento hasta que vio al amigo de Shiroyama tirado en la arena hecho un ovillo. Sintió una extra punzada en el estómago, no había hablado mucho con ese chico, pero no se notaba que fuera un peleador débil, se sorprendió verlo tan imponente frente a otro peleador, quien sostenía una guitarra y asomaba una sonrisa.

—Te llevaré a tu peor recuerdo Ruki y cuando quieras morir, te ayudaré a hacerlo —dijo el chico de la guitarra.

Tora abrió muchísimo los ojos, había llegado cuando la pelea ya había comenzado, no podía entender qué clase de técnica podía tener ese chico tatuado, Ruki parecía estar en grandes problemas. Tora sabía muchas cosas, entendía su lugar, entendía el orden de las cosas y que el único aliado de Shiroyama pereciera en una pelea, no le parecía lo más conveniente. Tampoco era que pudiera interferir, el rubio parecía estar en un trance, lo notó ni bien sus ojos se enfocaron en Ruki, no tenía los ojos cerrados, los tenía en blanco, parecía estar en dos lugares al mismo tiempo.

—Ese recuerdo no —escuchó decir a Ruki—, todo menos eso.

—Los mataste —dijo Miyavi rasgando la guitarra—, mataste a las únicas personas que te dieron un hogar —sonrió, él podía ver lo mismo que el rubio. Toda la sala estaba silencio ante las palabras del otro, nadie más podía entender qué estaba pasando—. Por amor —dijo finalmente, la melodía de su guitarra parecía volverse nostálgica.

Tora dio dos pasos hacia delante sin notarlo, quería ver más de cerca lo que pasaba, entonces escuchó la melodía de forma diferente, ya no se sentía ajena, parecía retumbar en cada parte de su cuerpo y entonces el panorama a su alrededor comenzó a cambiar, la arena se transformaba en otro lugar mientras la música seguía sonando al fondo.

Estaba en una habitación de lo que parecía una casa antigua de Japón, había un foco encendido y el panorama estaba apenas iluminado de colores verdes y amarillos, las paredes de papel estaban manchadas con lo que primero Tora pensó era pintura roja, hasta que el olor a hierro invadió sus sentidos, él ya había estado en una escena parecida a aquella, la noche que habían asesinado a sus padres y lo habían arrebatado de su hermano.

The True Murderous Intent [The Gazette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora