𝟑𝟏. 𝓟𝓲𝓬𝓪𝓼𝓼𝓸

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"El paraíso es amar muchas cosas con pasión."

Se enderezó y bajó ligeramente la barbilla, justo como el hombre frente a él lo había indicado sin perder la gentileza en su habla.

Evitó hacer un mohín y escuchó atentamente los parloteos que abundaron en la planta baja de su residencia a causa de Louis y su invitado.

Como nunca antes lo había querido, Harry quiso poder unirse a la conversación de su pareja y el mejor amigo de éste, salir a su jardín a tomar un poco de aire fresco con ambos o incluso descender para tocar unos minutos su piano e intentar relajarse un poco.

Había añorado su hogar tras estar dos semanas ausente y lo que lo recibió entonces no le hizo precisamente esbozar una sonrisa.

Le dio un vistazo al hombre frente a él y dedicó un par de minutos en examinarlo minuciosamente de pies a cabeza.

Era atractivo, con tez clara arrasada nimiamente por el calor haciéndole poseer una delicada tintura dorada, de cabello obscuro y ojos que parecieron contener miel espesa esparcida dentro de ellos. Teniendo gruesas y largas pestañas que retenían la luz que se colaba por las ventanas del estudio de Harry, y con labios pálidos que se notaron sumamente resecos a la vista del rizado.

Una chaqueta de mezclilla, una playera cualquiera, unos jeans rotos y un calzado deportivo gastado fueron los elementos que compusieron el atuendo del muchacho y Harry quiso arrugar su gesto ante ello.

Tal vez fue la ligera impresión de preeminencia que le hizo querer mostrar la excelencia propia ante la del pintor contrario que se ocultó tras el caballete, empezando por su aspecto físico y terminando por sus técnicas al momento de trabajar, pero deteniéndose ya que Louis le había asegurado que los trabajos del extraño eran hermosos, y limitándose a exhalar con pesadez haciendo que sus fosas nasales se expandieran con algo de mortificación.

No dudó del gusto del modelo sobre quién sería el encargado de llevar a cabo aquello que le había pedido el mismo ojiazul con una enfática insistencia, siendo más bien una diligente desconfianza sobre lo que el otro pintor podría llegar a entregar como resultado, sabiendo que Louis estaría encantado con todo y sin embargo, estando seguro de que la exigencia no estaría ausente en cuanto a su propia crítica con el trabajo final.

—Zayn, ¿cierto? —preguntó una vez éste dejó ir su rostro después de acomodarle en un mejor ángulo, alejándose para volver al lugar donde cumpliría la labor de pintar en ese día.

El hombre asintió con una sonrisa y desplegó un gran estuche en la mesa de trabajo de Harry. Tomó dos pinceles de él y tamborileó sus dedos en su barbilla al volver a fijar su vista en el dueño de aquel estudio.

—Sí, eh. Malik, Zayn Malik. —respondió amablemente.

Harry lo miró maniobrar con el enorme maletín junto a él y de pronto varias pinturas adornaron la mesa de manera donde él habitualmente colocaba las propias y las acomodaba de una ordenada manera para tener un control sobre sus materiales.

Un fino lápiz dio a parar a las manos tatuadas de Zayn y sus ojos se enfocaron en el lienzo que él había llevado para dar inicio a aquel preciado cuadro que figuraba a un regalo.

—¿Hace cuánto que trabajas en esto? —se atrevió a cuestionar.

—Un par de años. —respondió Zayn sin dejar de trazar—Tres o cuatro si soy exacto.

Las ganas de darle a conocer el llevar más tiempo en aquella profesión fueron retenidas por Harry al recordar lo que Louis le había dicho sobre no alardear y acabar siendo una molestia para el pintor que había ido a su casa justamente para trabajar para él, y terminó por mostrar una sonrisa plana que redundó en una actuación floja que no pudo disimular correctamente.

𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ✦ 𝑳.𝑺Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum