𝟏𝟎. 𝓓𝓮𝓵 𝓡𝓮𝓪𝓵

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"Esta vez vengo buscando el corazón. Esta vez lo intentaré otra vez. Esta vez ni mas yo trataré de hacerlo bien. Si la vida me regala otra oportunidad."

La cuchara raspó el borde de la taza haciendo un molesto y agudo rechinido, apretada en su mano dejando pequeñas manchas de vapor debido a sus dedos.

Louis no estaba de humor. No lo había estado desde la visita que tuvo de Harry.

Tenía ganas de degustar fruta fresca, tal vez kiwi y un poco de mango, de ir a alguna playa a asolearse, de simplemente despejarse un poco de la mierda que lo rodeaba. En cambio, estaba con Joseph, esperando a que terminara un omelette en un aburrido restaurante del centro en el que fue protagonista de un incómodo y ruin desayuno.

Había tenido dos sesiones de fotos el día anterior, atareado a más no poder entre posar ante la cámara y revisar los asuntos que tenía pendientes junto a su asistente personal una vez hubo llegado a casa. Un buen descanso no le caería mal para poder destensarse de todo, pero en vez de eso, el soportar a su "novio" un día más le estaba volviendo a causar un dolor de cabeza y le irritaba, comenzando a ser dolorosamente acechado por una migraña que no se iría en un par de horas si no era que sus momentos junto a Joseph llegaran a su fin.

Quería golpearlo sin remordimiento, gritarle que lo dejara en paz y desearle que ojalá y nunca consiguiera una pareja de verdad por ser el propio causante de no dejarlo tener más ratos libres en los cuales pudiera disfrutar de actividades que fueran de su propia elección.

Pero eso no era posible, de otro modo Vanessa seguramente lo reprendería y Miller no dejaría que ninguna de las muchas marcas o diseñadores con los que él trabajaba lo volviera a contratar, ya se lo había advertido días atrás tras haberle ignorado las llamadas por horas.

Comenzaba a odiarle y Louis no creía que aquello beneficiaría su relación con Joseph en ningún ámbito.

—¿Qué tal está tu desayuno?

—Es un maldito chocolate caliente. No creo que cuente como desayuno. —chasqueó los dedos recordando algo—Oh espera, ¿los dos cigarros que fumé antes de venir aquí cuentan como desayuno? Porque entonces puedo decirte que estuvo de maravilla.

—Deberías dejar ese horrible vicio. —dijo Joseph al comer un bocado—Te va a hacer daño a la larga.

Louis frunció el ceño y se recargó en la mesa con los brazos cruzados. —¿También quieres controlar eso? Pues déjame decirte algo, no voy a dejar de fumar porque un imbécil como tú me lo recomendó.

Joseph tomó su tenedor y lo señaló con él sin dejar de masticar. —No me insultes.

—Y tú no hables con la boca llena, es asqueroso. —arrugó su nariz.

El desquitarse superficialmente con Joseph en forma de palabras quedó corto a las expectativas de Louis. Pareciendo que al hombre de piel tostada no le interesaban las acciones del modelo y que sencillamente su extendida presencia junto a él era suficiente para aliviar su enfermo corazón.

Un sentimiento ilusionado que Louis no compartía en ningún aspecto.

Se le ocurrió mirar la hora en su teléfono para calcular cuánto tiempo debía seguir allí, notando que no faltaba mucho para asistir a la sesión de ese día con el hombre que pareció dar indicios de convertirse en su pintor favorito con un acelere desafiante, y retomó una postura correcta recargándose completamente en el respaldo de su silla para contar mentalmente los segundos pasados.

𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ✦ 𝑳.𝑺Where stories live. Discover now