𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ✦ 𝑳.𝑺

𝟐𝟎. 𝓕𝓸𝓷𝓽𝓮𝓷𝓮𝓵𝓵𝓮

"Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes."

Quitó la envoltura de la golosina entre sus dedos y dio un mordisco que dejó pequeñísimos trozos en su labio inferior.

Liam lo miró desde su sofá con el mentón recargado en su mano izquierda y se preparó para escuchar más impetuosas maldiciones salir de la boca de Louis.

—¿Puedes creerlo? Y además se atreve a reclamarme las cosas. —dijo con la boca llena—Qué ridículo es.

—¿Por qué estás comiendo tanto chocolate? Ya llevas como dos barras enteras, y con esa, tres.

Louis estampó su pie contra el piso y giró hacia Liam para acercarse a él mientras apretaba el dulce en su mano.

—¡Es esto o los estúpidos cigarros, Liam! Mis pulmones a este punto ya están completamente jodidos y mantenerme ocupado estos días en otro vicio es una mejor alternativa.

Evasivo en su respuesta, tal vez convenciendo a su mejor amigo, pero dejándose sin escapatoria una vez lo reflexionaba para sí mismo.

Prácticamente ocultando que, en realidad, el tener aquel dulzón sabor en la boca sólo era producto de querer dejárselo a cierto pintor en su cavidad bucal una vez sus labios se encontraran cómo hacía días no había sucedido.

Le extrañaba, y lo único que consolaba la necesidad de devorarle la boca era seguir comiendo barras de chocolate como una ilusión perdida para sus papilas gustativas.

Pero aún y con esa añoranza tan delicada, Louis había ido al hogar de Liam aquella mañana a quejarse sobre la discusión que había tenido con Harry.

—Y la estúpida pulsera que le he comprado y su suéter azul me los quedaré y no se los daré nunca.

—¿Le compraste una pulsera? —preguntó Liam alzando sus cejas.

Louis dejó de masticar y trastabilló su caminar en círculos para pasar su bocado y carraspear desinteresadamente.

—Usa anillos en sus dedos y pañuelos en su cuello, yo quise que usara algún otro tipo de accesorio y decidí comprarle una pulsera con varios dijes cuando fui a España. —explicó para sacudir su cabeza y volver a su gesto de enfado—Pero ahora sí que no recibirá nada.

Supo que el asunto no era sobre darle o no el suvenir a Harry, era más bien la molestia en su sistema que le hizo no estar dispuesto a interactuar con el pintor, ni siquiera para cuestiones tan breves como entregarle la bella pulsera que había comprado por su petición.

—¿Es que acaso le di a entender que quería que tuviéramos nuestro propio cuento de hadas lleno de cursilerías? No, Liam, solamente le expresé cómo me sentía respecto a mis sentimientos y él seguramente ya estaba pensando en tener una boba relación de ensueño.

Liam pasó una mano por sus ojos y ladeó su cabeza para poder recargar su mejilla en su mano.

Reprimió un bufido y cerró los ojos brevemente para no caer en el mareo que provocaban los pasos constantes de Louis.

—¿Entonces Harry no te gusta o algo por el estilo?

—Claro que me gusta, tendría que estar ciego para que no fuera así. —detuvo su andar—Y aún y si fuera ciego, estoy seguro de que encontraría una manera para que pudiera gustarme.