𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 .𝟏

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|𝗖𝗢𝗟𝗗|

No recordaba bien como había llegado ahí. ¿Porqué estaba en una camilla? ¿Era Hawkins?

—¿Hopper?—Apenas pudo decir cuando una de las enfermeras que la llevaba la callo. Le dijo que se callara en ruso. —¿Dónde estoy?—

—Tranquila. Tran-qui-la—Repitió la sílaba tres veces más, eso irritó a Diez.

Trató de levantarse pero los enfermeros la detenían cada vez que levantaba algún musculo.

—¡Sueltenme!— Les grito.

—¡Tranquila!—Decían todos mientras trataban de contenerla.

Diez alejo a todos con un impulso telequinetico, el mismo la ayudó con las ataduras a la camilla. Estaba libre.
Se puso de pie aunque estaba débil, no sabía que le habían hecho mientras estaba dormida o inconsciente... Solo sabía que sentía mucho dolor físico.

¿Que recordaba? Recordaba el laboratorio... Gregori gritándole... Starcout, Hawkins... Hopper con ella esperando la muerte en la máquina.

Subió la bata de hospital en cuanto recordó el disparo que le dio Gregori. Tenía una gaza ensangrentada, cuando se la quito tenía un punto de sutura, llevaba inconsciente mucho tiempo y era evidente que había perdido mucha sangre.
Camino por el pasillo sólo con las luces parpadiantes. No sabía si el parpadeo era por su propio mareo o si en verdad las luces no funcionaban. Con su mano derecha se recargaba en la pared y con la otra sostenía su herida.

Antes de desvanecerse un doctor fue a ayudarla. Regordete canudo con cabello ralo. Otra vez atrapada, pero seguía preguntando por Hopper; ellos lo llamaban "el americano"
La llevaron cargada a la camilla.

—Se que no le gusta aqui—decía el doctor que la había llevado. —Se que tuvo una mala experiencia, pero le daremos una segunda oportunidad—

La volvía a amarrar aprovechándose de que estaba débil e indefensa.

—No la culpo... Usted es una chica, son demacrado sentimentales. Usan el corazón e ignoran la logica—decía el. Aunque Diez estaba enojada, su salud física le prohibían volarle la cabeza.

Camino mientras le decía a sus colegas que se fueran. Diez lo seguía con los ojos.

—Usted es un tesoro soviético, sujeto Diez... será difícil encontrar a otro como usted. Si nos hubieran dado a elegir, hubiéramos escogido a un varón. Pero llegó usted— el doctor le acercó una jeringa relativamente larga con un líquido amarillo.

Diez comenzó a temblar. Pensó en Hopper, ella estaba relacionada con ese trato pero, ¿el estaría bien?

—Me dijeron que arreglara el problema... y gracias a la medicina moderna tengo el remedio perfecto que hará feliz a todo el ejército—le decía mientras preparaba la parte del cuello en donde pondría la ingestión.

Sintió como la aguja entraba a su cuello, dolía más de lo que recordaba, pero la peor parte fue cuando comenzó a ingectar el líquido de la jeringa.
Le quemaba por dentro. Soltó lágrimas de dolor y se mordió la lengua a tal punto que sangro.

—Voy a transformar a este débil saco sentimental y frágil. En el soldado más fuerte de toda la unión soviética— exclamó feliz sacando bruscamente la aguja del cuello de Diez.

—¿Que va a hacerme?—le preguntó Díez lagrimeando.

—Voy a hacerte fuerte—

𝙎𝙏𝙍𝘼𝙉𝙂𝙀𝙍 𝙏𝙃𝙄𝙉𝙂𝙎 | 010.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora