𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 .𝟏𝟐

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|𝗧𝗛𝗘 𝗚𝗢𝗢𝗗 𝗢𝗙 𝗟𝗜𝗙𝗘 𝗟𝗜𝗞𝗘 𝗧𝗛𝗜𝗦|

º¹º

"Hoy tendré un día muy ocupado, tal vez no me veras en horas" le confiesa a Hopper del otro lado el pasillo. Estuvo practicando y ahora podía comunicarse por la mente, Hopper sólo tenía que pensar para contestar.

"¿Paso algo?" Estaba nervioso, Diez podías persivirlo.

"Al parecer hice enojar al doctor... Se invento que necesito nuevas pruebas, mas experimentos en mi cabeza"

"¿Estarás bien?"

Diez volteo a ver a Hopper. Sonrió cuando este igual volteo.

"Podre manejarlo"

Camino hasta donde estaban las escaleras para entrar de nuevo a la prisión. Hopper lo estaban sacando para que siguiera con lo de las vías de tren.

Un guardia antes de seguir por el pasillo para llegar a su destino le pide el arma. Diez se la entrega y después lo revisan... Tenía poderes, no necesitaba nada para defenderse.

Después, lo dejaron pasar camino unos minutos hasta llegar a un par de puestas de acero, grises y pesadas. Pero, pudo con ellas para poder moverlas con la mente.

Adentro, la luz no era la mejor. Apenas podía ver.

Cauteloso espera, las luces se encendieron y este rápidamente entrecierra los ojos, dañaba esa luz blanca.

—Sujeto Diez. Baja, por favor—pidió el Doctor Zorov.

Bajo las escaleras, un escalón a la vez. Estaba nervioso, no podía evitar pensar en lo que harían en esa sesión. Sonrió cuando el doctor sonrió, pero eso no significaba que fuera mutuo el sentimiento.
Vio con cautela el tanque... Un cilinto de gran rapaño con agua azul.

—¿Que es eso?—le pregunto Diez con voz temblorosa.

—Es un tanque de aislamiento... Cuando investigamos tus antecedentes descubrimos un proyecto—le explico mientras le invitaba a caminar con él alrededor del tanque.

—¿Que tipo de proyecto?

El doctor Zorov le sonrio. Era evidente que no le iba a decir, pero no tenía que hablar... Todo estaba en su cabeza.

El proyecto en el que pensaba era el Montauk... Pero no sabía mucho de él como para saber demasiado. Diez lo dejo y siguió caminando con él.

—Pero te puedo decir, que es un proyecto estadounidense. Estos tanques los usaban para mejorar las habilidades mentales, expandir el intelecto... Mejorar dones como los tuyos—le dice invitándolo a subir las escaleras de metal oscuro.

No tuvo más remedio que subir... ¿No tenía miedo que eso le hiciera recuperar la memoria? Solo necesitaba un error para volarle los sesos. Diez no lo iba a pensar mucho.

—Creemos saber hasta dónde llega tu poder sensorial... Y con este aparato podrás llegar al nivel más alto—explico. Cuando llegaron a la entrada del tanque este le indico que tenía que quitarse el uniforme y ponerse una ropa especial.

Diez obedeció y se puso un traje pequeño y mientras se cambiaba, el doctor seguía hablando.

—Tu mente podrá hacer grandes cosas después de la sesión. Tenemos previsto que tu mente llegue hasta el otro lado del mundo.

—¿Pará qué?—pregunto Diez terminando de cambiarse.

El doctor no contestó. Les dijo a los otros doctores que ayudarán a Diez a entrar.
Le pusieron un casco transparente y lo guiaron adentro.

Estaba asustado. No sabía porque le asustaba tanto el agua.

"Diez, si quieres salir de la ala de aislamiento tienes que superar tu miedo a la oscuridad"

¿Quien era? ¿Era acaso un recuerdo? Lo escucho tan claro que no lo identificó. Hiperventilo, pero no se detuvieron. Lo metieron sin importar su condición.

Cerro los ojos asustado, sintió como las luces parpadean y aunque sintió unas ganas inmensas de gritar, se contuvo.

Cuando volvió a abrir los ojos, ya no estaba en el tanque... Estaba en un pasillo de hospital.

Camino por el conmocionado. Tenía una bata de hospital, su número seguía ahí y cuando pasó su mano por su cabeza... Su cabello había desaparecido, solo existia el nacimiento del mismo, estaba rapado.

Dio un paso más y del pasillo salió un chico alto, rubio y de ojos azules...

—Veo que te dejaron salir—dice con una expresión alegre. —¿o será que te escapaste?

Diez negó. Camino hacia atrás, no sabía quien era, que era ese lugar o que estaba pasando. Salió corriendo y abrió una puerta llegando a un cuarto con arcoiris pintados en todas partes.

—¿Que es esto?—se preguntó.

¿Diez, puedes escucharnos?—Era el doctor Zorov.

—¿Diez me estas escuchando?—escucho alguien detrás de él. Giro rápido y vio a ese mismo chico.

Ahogo un grito y dio dos pasos atrás.

—Tranquila, no le diré a nadie—dice sonriendo y mostrando sus manos. —¿Has estado haciendo travesuras de nuevo?

—No.

—No estás en aislamiento... Pronto se encenderá la alarma y ordenarán que te busquen.

Diez se angustio.

—Ya, quiero despertar—dijo Diez entre dientes.

Sujeto Diez, responda—Las luces de la salón parpadearon.

Caminaba hacia atrás diciendo entre murmullos: "me quiero despertar"
Llego hasta la pared escuchando los pasos del chico rubio.

De pronto, la pared deja de sentirse como algo sólido, se elastisa y cuabdo se rompe cae en un vacío negro de oscuridad.

Grito pidiendo ayuda.

Diez, recuerda quien eres—dijo una voz tenebrosa en la oscuridad. Escucho una tormenta sobre ella en cuanto cayó al suelo. Estaba en un lugar distinto, no conocía ese lugar.

El cielo era rojo, y el frío que sentía en su piel lo hicieron tener escalofríos.

El ala de aislamiento ya no existe—volvió a escuchar. Diez veía a su alrededor confundido.

—¡No entiendo!—grita al viento.

Estaba en una calle larga, como una avenida o boulevard. Camino con cautela hasta llegar a un letrero, reconocio lo que ahí estaba escrito.

—¿Hawkins?—se preguntó y después vio al cielo. —¡Sigo sin entender! ¡Lo siento, no entiendo!

Ya no dejes que te controlen—Diez se tallo los ojos confundido. —Vuelve, Bom.

Ya no quería estar ahí. Grito a todos los doctores, al doctor Zorov que lo sacaran de ahí. Le dolía la cabeza y la sangre de la nariz comenzaba a escurrir a chorros.

Comenzó a tener una convulsión. Lo sacaron de emergencia.

𝙎𝙏𝙍𝘼𝙉𝙂𝙀𝙍 𝙏𝙃𝙄𝙉𝙂𝙎 | 010.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora