𝙎𝙏𝙍𝘼𝙉𝙂𝙀𝙍 𝙏𝙃𝙄𝙉𝙂𝙎 | 010.2

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 .𝟏𝟎

|𝗧𝗛𝗔𝗧 𝗕*𝗧𝗖𝗛|

º¹²

La pelirroja atraía miradas por su forma de patinar. Aunque ella no le prestaba atención a nadie. Cuando giro se quito sus lentes oscuros.

—Vaya, Vaya—Los vio recoger los patines y después de eso los siguió hasta donde decidieron sentarse para ponerse los patines.

Estaba decidida a asustarlos. Y lo logró, dieron un grito muy fuerte.

—¡Amigos! Que sorpresa que están aquí!—les dijo animada, después vio a un chico flacucho que reconoció de inmediato.

El chico en Starcourt... Claro, él no la recordaba.

—Les pedí verde vómito y me dieron verde vómito. ¿Cool no?—dijo él.

—¿Me van a presentar o tendré que hacerlo yo?—comento Doce sonriendo.

—Oh, si—dijo Will viendo a Jane. —Ella es Doris, nuestra compañera de la escuela.

—Él es Mike, mi novio—siguió Jane.

—¿Novio? Pensé que no tendrías las suficientes habilidades sociales para tener novio—comento Doce sonriendo.

—Oh, bueno...—Jane no sabía que decir. Estaba nerviosa, a Doce le parecía muy gracioso.

—Soy amiga de Jane...

—Ella nunca habló de una Doris—dice Mike algo avergonzado.

—Ah... No la culpo, no hay nada interesante de mi que decir—comenta Doce sonriendo. —Excepto que...—en ese momento sube uno de sus patines en la barra que los dividía mostrando su patín. —Soy excelente en estas cosas.

Se rieron un poco. Doce era buena para eso cuando quería.

—Mamá dijo que te quedaría esta noche en nuestra casa, ¿Verdad?—le pregunto pregunto mas para confirmar.

—Claro que si, mi estimado. ¿Mike sabe patinar?

—¿Yo? Yo soy muy malo en estos—dice Mike.

A los pocos minutos ya estaban en la pista patinando con Doce. Hacían trucos los cuatro y Doce no dejaba de hacer que Will diera vueltas en la pista. Tenia algo que la entrigaba, estaba segura que esa cabeza de hongo escondía muchos secretos.

En una vuelta, cuando Jane y Mike estaban lo suficientemente lejos. Se acercó a Will.

—Oye, Will—lo llamó y este volte a ella. —¿Te gusta Mike?

—¿Que? ¡No! ¿Como me preguntas eso?

—Es por la forma en la que lo miras...

—No es nada. Solo siento nostalgia por los viejos tiempos—le responde.

—¿Te da miedo ser el mal tercio?

—Un poco—confiesa. —Es solo que... A veces siento que no estoy en la misma frecuencia, tal vez me quede en el pasado.

—A mi me gusta el cambio—le dice Doce. —A veces es bueno cerrar los ojos y dar un paso... —dice poniéndose detrás de él. —... adelante—sigue empujando lo hacia adelante.