Italia

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Pedido de: AriSnapePrince



Ariadna Ricci es una italiana de 29 años, soltera que vive en un pequeño departamento, ella no buscaba el amor, ni siquiera se pensaba en ello, llegaría cuando tuviera que llegar.

Por otro lado Severus Snape se había privado completamente de volver a amar desde que su amada Lily murió.

Eso día Severus necesitaba ingredientes para las pociones que Madam Pomfrey le había encargado, pero en la tienda de alquimia donde siempre iba dijo que ya no quedaban más, fue hacia otras tiendas y no tenían ni la mitad de lo que necesitaba.

El señor le había dicho que los materiales que necesitaba los traían desde Italia, que podría ir allá para encontrar sus ingredientes, incluso otros que no se podían obtener ahí.

Severus fue a avisarle a Dumbledore que iría a Italia a recolectar los ingredientes que necesitaba y que probablemente regresaría en cuatro días, pues tenía que buscar las tiendas.

Ariadna es una muggle, no sabía de magia, pero si existiera no le molestaría aprender de ella, por eso al encontrarse con ese extraño pero guapo sujeto se quedó sorprendida de ver cómo desaparecía de la nada.

Ella se quedó en el mismo lugar para volver a verlo, casualmente claro, pero no funcionó, no lo volvió a ver.

Ella dio media vuelta y se dirigía a su departamento, quizás vió mal, la falta de sueño ya comenzaba a hacerle efecto y veía cosas donde no las había.

Severus estaba frustrado, no quería pasar tanto tiempo en ese lugar pero no encontraba la tienda donde estaban eso ingredientes que tanto necesita.

Al doblar una esquina no se fijó y chocó con una mujer.

- Lo siento.- Se disculpó en inglés, pero recordó que no está en Londres.

- No se preocupe.- Respondió la chica, ella agradecía mentalmente haber tomado esos cursos de inglés, no había visto al señor con el que chocó pero cuando lo vio supo que era él y que todo lo que vio no era debido a la falta de sueño sino que si había pasado en realidad.- ¡Usted!.- Lo apuntó.

Severus la miró confundido.

- Usted es el señor que desapareció así sin más en el callejón.- Él se sorprendió, ¿Como pudo haber sido tan descuidado?, Ahora debía desmemorizarla y era una pena por qué ella es muy linda.

- Si, bueno, en unos minutos no lo recordara.- Estaba a punto de sacar su varita, pero la chica se lo impidió.

-¡No! Espere, no se lo he dicho a nadie, y saber que si existe la magia me emociona por favor no me haga olvidarlo.- Rogó la chica, Severus la miró confundido ¿Como ella sabía que iba a  desmemorizarla?.

- ¿Como sabes que te voy a borrar la memoria?.

- Bueno, supongo que es lo que hace ¿No? Ya sabe, para que su mundo no se vea afectado, bueno no lo sé, solo lo supuse.- Dijo Ariadna, Al parecer no es tan tonta, pensó Snape.

- ¿Tiene un lugar donde pasar la noche?.- Le pregunto con dulzura la chica, Snape negó con la cabeza.- Puede quedarse conmigo si quiere, tengo un cuarto extra.

- ¿Por qué debería confiar en usted?.

- Por qué si yo intento algo, usted podría vencerme fácilmente, con magia.- Susurró lo último.

Snape aceptó ir con la chica que hasta ahora desconocía su nombre.

- Disculpe, ¿Cual es su nombre?.- Le pregunto Snape.

- Soy Ariadna Ricci, ¿Y usted?.

- Severus Snape.

Pasando tres días Snape había olvidado por qué había viajado, pues se encontraba totalmente encantado con la mujer llamada Ariadna que en estos momentos se encontraba haciendo el desayuno.

- Toma, Bònd Apetid.- Le dijo la chica con una sonrisa.

Aunque sólo hubieran pasado solo tres días, esos tres días han bastado para que Ariadna traiga loco a Snape y tal parece que no es el único.

El último día que se supone que se quedaría recordó porque había venido a Italia y salió buscar los ingredientes, está vez con mejor suerte que el primer día.

Había encontrado todos los ingredientes y ese mismo día se iría.

En los tres días que había pasado con Ariadna él le había enseñado la magia que el podía hacer y ella quedaba más que fascinada con aquello.

Severus llegó a la casa de la chica y entró, vió a la mujer en la cocina preparando la cena y no pudo evitar pensar en una vida con ella, en donde él llegué a casa y su mujer lo reciba con la comida preparada y un beso y quizás unos niños jugando en la sala de estar.

Sacudió la cabeza alejando eso pensamientos y conjuro una rosa y la hizo levitar hacia ella.

Ariadna miró con asombro aquella rosa y la tomo con lasndos manos y de giro con una sonrisa hacia el hombre que se la había dado.

- Está noche volveré a Londres.- Al escuchar eso rápidamente borró su sonrisa.

Severus se sentó en el sofá y Ariadna apagó las hornillas que estaba utilizando para irse a sentar a su lado.

Severus dudó unos segundos pero finalmente tomó valentía y posó su mano en la pierna de la chica.

- Tengo que volver, mi trabajo está allá.- Ariadna tomó su mano y la entrelazó con la de ella, Severus la miró y pensó que él era correspondido y se atrevió a proponerle algo a ella.- Ven conmigo.

Ella se sorprendió y se detuvo a pensar, ella ni tenía a nadie en Italia, sus padres habían muerto, no tenía hermanos ni tíos, no socializaba por lo que no tenía amigos, si se iba con él nadie aquí la extrañaría.

Severus empezaba a pensar que ella no quería irse con él y que lo había malinterpretado todo, iba a alejarse cuando ella habló.

- Está bien, vámonos de aquí.- Dijo con una sonrisa segura.

- ¿Estás segura?.

- Si, no tengo a nadie en este lugar y siempre he querido ir a Londres, pero solo iré si es contigo.- Severus le sonrió y acarició su mejilla.

- Te quiero.- Dijo Snape sin pensar.

- Yo también te quiero.- Dijo Ariadna y al terminar de decirlo ambos unieron sus labios en un suave beso.

Al llegar a Londres lo recibió Dumbledore que sonrió pícaramente al ver las manos unidas de Severus y aquella mujer.

Por fin había superado a Lily, por fin había encontrado a su verdadero amor.

~𝕻𝖊𝖗𝖋𝖊𝖈𝖙~ 𝔒𝔫𝔢 𝔖ℌ𝔬𝔱𝔰 𝔬𝔣 𝔖𝔢𝔳𝔢𝔯𝔢𝔲𝔰 𝔖𝔫𝔞𝔭𝔢 (•TERMINADA•)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora