~𝕻𝖊𝖗𝖋𝖊𝖈𝖙~ 𝔒𝔫𝔢 𝔖ℌ𝔬𝔱𝔰 𝔬𝔣 𝔖𝔢𝔳𝔢𝔯𝔢𝔲𝔰 𝔖𝔫𝔞𝔭𝔢 (•TERMINADA•)

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Pedido de: EmmaSnape13

—¿Otra vez, Snape?.— Preguntó Julissa con diversión mirando a Severus que entraba la enfermería.

– Las pociones no son fáciles de hacer.– Señaló, se sentó en una camilla en frente de ella.

—Eso es muy raro viniendo de ti, según sé, eres más que bueno haciendo pociones.

– Soy bueno pero eso no implica que a veces salga mal y resulte lastimado.

— Lo curioso, es qué te pasa más seguido desde que entré a trabajar.— Dijo con una ceja alzada y una sonrisa ladina.—¿Por qué no solo me  pides una cita y ya?.

– Yo no quiero una cita contigo.– Dijo cruzándose de brazos.– No es qué no quiera una cita contigo, me refiero a que no quiero tener una cita.– Se explicó al ver la cara de confusión de Julissa.

— Claro, entonces aceptaré la propuesta del profesor Lockhart.— Respondió encogiéndose de hombros, Severus la miró con sorpresa y negó.

– Ahora que lo pienso, no me parece tan malo tener una cita. ¿Quieres salir conmigo el sábado?.– Preguntó sonrojado.

Julissa sonrió con ternura y aceptó.— Sí quiero, ahora a curar tus heridas.— Avisó riendo.

[...]

– Solo es una cita.– Dijo Snape mirándose en el espejo.– Y solo tuve que lastimarme a mí mismo más de diez veces.– Rodó los ojos.– Pero valió la pena.

Severus volvió a caminar hacia la enfermería para encontrarse con Julissa.

Ella había entrado a trabajar hace un año, cuando la Madame Pomfrey decidió retirarse. Snape había puesto los ojos en ella desde que entró al castillo pero ella solo estaba en la enfermería, no salía de allí a menos que la situación lo requiera.

Recurrió a la única opción que quedaba; hacerse daño a él mismo. Era la única forma de verla, se dijo a sí mismo que solo sería una vez, máximo dos, el problema es que no fue una vez ni dos, sino más de diez veces.

Julissa no le era diferente a las acciones de él, pues sabía que él casi nunca tenía esos accidentes al preparar pociones, le parecía divertido y preocupante a la vez.

Severus tocó la puerta y esperó a que ella abriera. Se llevó una gran sorpresa al verla vestida con un pantalón jean acompañado de una camiseta negra con rayas verdes y unos zapatos blancos.

— Hey.– Chasqueó los dedos en frente de él para llamar su atención.— ¿Nos vamos?–.

– Si, por supuesto.– Reaccionó y temeroso, tomó la mano de Julissa para aparecerse en Las Tres Escobas, al llegar se sentaron en una mesa un poco alejada y esperaron a qué alguien vinera a tomar su orden.

- Buenas tardes, ¿Que les traigo?.- Preguntó una señora.

– Un ron de grosella.– Pidió Snape.–¿Y tú?.– Pregunto a Julissa.

— Un hidromiel caliente.— Le sonrió a la señora.

La señora asintió con una sonrisa y se fue.

—¿Ahora me dirás cómo es que siempre estás lastimado?.— Preguntó Julissa con una sonrisa burlona.

– No es siempre.– Ella alzó una ceja.– Bueno si lo es, pero ya te dije que son fallas de las pociones.

— Pues no te creo.— Lo Miró con los ojos entrecerró.

– Ese es tu problema.– Dijo sin importancia a lo que Julissa rodó los ojos

Sus pedidos llegaron y Severus decidió cambiar de tema. Continuaron hablando un rato más hasta que Julissa dijo que ya era hora de volver.

Al llegar al castillo, Snape acompañó a Julissa a su habitación pero se encontraron con Lockhart.

- ¡Pero si es mi hermosa Julissa!.- Exclamó mirándola.

– Lockhart.- Musitó Severus con leve enojo.

- ¿Que hace aquí a estas horas? Déjeme escoltarla a su habitación.- Dijo acercándola por la cintura.

— Severus estaba en eso, si me disculpa...- Puso sus manos en el pecho de él para alejarse pero el apretó más su agarre.

Severus se enojó aún más y empujó a Lockhart.

– Ella está conmigo, será mejor que te alejes ¿Entendiste?.- Dijo entre dientes, logrando asustarlo.

- Claro, claro, yo solo quería ayudarla.- Rió nerviosamente se fue.

Severus la miró y movió su cabeza para indicarle que siguiera. Julissa caminó a su lado en silencio hasta llegar a la habitación.

— Gracias por lo de antes.— Sonrió.— Aunque podría estar casi segura de que estabas celoso.— Sonrió con picardía.

– No lo estaba, solo te defendía.– Se cruzó de brazos.

Julissa se acercó a él y pasó sus brazos por su cuello, Severus se tensó al sentir el cuerpo de Julissa.

— A mí no me engañas con eso.— Susurró cerca de él. Rozó sus labios con los de él, Severus miraba sus labios, quería inclinarse y besarla y no se hizo esperar y los unió.

Severus posó sus manos en las caderas de ella y la empujó hacia él. Julissa tomó el cuello de su camisa y lo hizo entrar a la habitación.

Se separaron y susurro.– Estoy enamorado de ti, Julissa.– Ella sonrió y le respondió.

— Yo también estoy enamorada de ti, Severus.— Dijo con una suave risa que lo hizo sonreír.

[...]

— Sabes que ya no tienes que lastimarte para venir a verme ¿Cierto?.— Dijo al ver a Severus entrar a la enfermería con una mano en su muñeca.

– De hecho, esto.- Señaló su corte en su muñeca.– Me lo hice por ti.

—¿Por mí?.

– Estaba pensando en ti.- Julissa sonrió y se acercó a curarlo.

— Eso es muy lindo pero no quiero que pienses en mí cuando haces tus cosas.— Vendó la herida.

– Entiendo.- Respondió viendo su muñeca vendada.– Si me dieras un beso yo me curaría más rápido.– Dijo sonriendo de lado.

Julissa tomó su muñeca y la besó.— Listo, espero que sane rápidamente.

– No quería mi beso ahí.– Frunció el ceño.– Tú sabes dónde lo quiero.

— Pues pídelo, no me des indirectas.- Rió.

– Bésame.

— Esperaba que lo dijeras.— Juntó sus labios con los de él, Severus sonrió en beso y la tomó de la cintura.

– Te amo, Julissa.– Ella juntó sus frentes.

— Yo más, Severus.— Lo besó rápidamente.— Ahora, tengo que seguir trabajando.

– Está bien, nos vemos.– La besó y salió.

Ambos se recargaron en la puerta y sonrieron para luego seguir con sus trabajos y en la noche volverse a encontrar.

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